El Acuerdo de Asociación Transpacífica fue convenido después de negociaciones maratónicas en Atlanta durante el fin de semana. "Creemos que contribuye a definir las reglas del curso para la región Asia-Pacífico", afirmó el representante comercial estadounidense Michael Froman.
El primer ministro japonés Shinzo Abe saludó el acuerdo básico como "una política visionaria para todas las naciones participantes que comparten valores y tratan de crear una zona económica libre y justa".
El acuerdo todavía debe ser aprobado por el Congreso de Estados Unidos, donde existe una fuerte oposición. El presidente Barack Obama debe aguardar 90 días después del acuerdo para firmar el pacto y solo entonces el Congreso empezará a debatirlo.
Como resultado, la votación probablemente no ocurrirá hasta bien entrado 2016. Dadas las sensibilidades políticas, los partidarios del acuerdo podrían presionar para votar lo antes posible de las elecciones del año próximo. El Congreso solo puede aprobar o rechazar el acuerdo pero no enmendarlo.
Muchas de las reducciones de gravámenes y otros cambios será eliminados paulatinamente a lo largo de varios años, de modo que los beneficios para la economía estadounidense tardarían en materializarse.
El gobierno de Barack Obama ha promovido el acuerdo como parte de una estrategia para aumentar la influencia estadounidense en las zonas de gran crecimiento en Asia y para contrarrestar la influencia creciente de China, que siendo la segunda economía del mundo, no forma parte del acuerdo pero que podría incorporarse próximamente.