Como un ataque y una mordaza a los periodistas y a los medios de comunicación, fue catalogada por los italianos Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, la acusación hecha por el Vaticano en su contra por alegada filtración y publicación de documentos de ese estado de Roma.
Los periodistas dijeron que nunca se habrían imaginado que después de la publicación de "Avarizia" habría acabado investigado, mandado al banquillo y procesado ante los jueces pontificios.
Fittipaldi recuerda que "la jurisprudencia vaticana considera un delito la esencia de nuestro trabajo (el periodismo), es decir el poder publicar los hechos que el poder, sea cual sea la forma que tenga, quiere tener ocultos a la opinión pública".
"El juicio que comienza mañana no es contra mí sino contra la libertad de prensa", señala el periodista autor de "Avarizia" que anuncia que mañana estará presente en la sala del Tribunal vaticano.
Nuzzi, el otro periodista, autor de "Via Crucis" y que había rechazado prestar declaración durante la fase de instrucción, anunció también que mañana acudirá al Vaticano.
En su blog el periodista escribió: "No se procesa a quien hace información" y aseguró también que se "trata de un juicio contra la libertad de información".
El juicio del llamado "Vatileaks2″, que hace referencia al de 2012 contra el mayordomo de Benedicto XVI, Paolo Gabriele, por los mismos delitos, comienza mañana.
En él están imputados el sacerdote español Lucio Vallejo Balda, secretario de la disuelta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA); la ex relaciones públicas italiana Francesca Chaouqui, el excolaborador de la COSEA Nicola Maio y los dos periodistas.
Los periodistas denuncian que en las leyes vaticanas no existe libertad de información, incluida por el contrario en el artículo 21 de la Constitución italiana.