Con las características de un equipo como los Tigres del Licey, Lino Rivera siempre va a preferir utilizar la velocidad de sus jugadores antes que entregar un out con un toque de sacrificio.
“Es preferible utilizar el robo de base que te garantiza poner un corredor en posición de anotar antes que regalar un out”, dice el dirigente boricua al ser entrevistado en la Antesala Azul por Tommy Troncoso.
Solo tres toques de sacrificio habían sido contabilizados para el glorioso equipo azul en comparación con 41 intentos de robo de base con 21 de ellos terminando en forma exitosa.
“La clave es identificar cuáles son las mejores oportunidades de anotar. En el equipo tenemos a muchos jugadores rápidos, en la alineación hay muchos bateadores zurdos por lo que debemos aprovechar el hueco entre la primera y segunda base”, agrega Rivera.
Roman Quinn, quien terminó su contrato con el equipo, dijo adiós a la liga como el líder en bases robadas con ocho, mientras que Emilio Bonifacio iguala con seis en el tercer total más alto del circuito en ese departamento.
“Son situaciones que el juego te va dictando. Es mejor llegar a la segunda sin necesidad de tocar. A veces sale bien y a veces sale mal, pero es un riesgo que no temo tomar. Ofensivamente tenemos un equipo versátil que corre bien las bases y obligamos al contrario a lanzar más rectas en vez en rompientes”, añadió Rivera.
Con relación al corrido y bateo dice que lo puede hacer cuando la ocasión lo amerite, pero con un pitcher derecho ya que cuando el lanzador es zurdo, el corredor de la primera base no puede salir tan agresivo.
“Aquí se juega un béisbol muy agresivo con pasión y entrega. Sobresale la velocidad, los jugadores son atléticos y los lanzadores tiran duro. Los equipos están parejos y se disfruta mucho el juego”, dijo al ser consultado sobre las características que distingue a la pelota en la liga dominicana.
Resaltó que en República Dominicana se siente mucho la rivalidad entre los equipos y la competencia es muy pareja. Se juega con mucho entusiasmo y pasión.