El exceso de producción y la desaceleración de la demanda global de petróleo volvieron a empujar este lunes a la baja los precios del crudo, que rozaron su menor nivel desde mediados de 2004 antes de recuperarse al término de la sesión.
El Brent llegó a cotizar en Londres en 36,33 dólares, tan solo 13 centavos por encima de su peor caída durante una sesión en el cenit de la crisis económica, en diciembre de 2008, mientras que el WTI retrocedió en Estados Unidos hasta los 34,53 dólares.
Al cierre, el crudo del mar del Norte se recuperó hasta los 37,92 dólares, y el Texas hasta los 36,31 dólares, mientras que la cotización del barril de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se fijó el viernes en 33,76 dólares.
Más allá de las fluctuaciones diarias del mercado, la mayoría de los analistas coinciden en que no hay signos que permitan prever un cambio de tendencia a corto plazo en los precios, que se han desplomado más de un 40 % en un año.
"La principal fuerza que empuja el petróleo a la baja es la saturación en los mercados que hemos visto en los últimos 18 meses y la determinación de la OPEP a mantener sus niveles de producción, si bien hay factores menores que también pueden influir a corto plazo, como la cumbre del clima de París", declaró a Nick Coleman, analista de la firma británica Platts.
Desde la semana pasada, la caída se ha agravado ante la falta de acuerdo entre los miembros de la OPEP para fijar su techo de producción común y la perspectiva divulgada por la Agencia Internacional de la Energía de que la demanda no crecerá en 2016 al ritmo esperado.
"Lo decepcionante de la última reunión de la OPEP ha sido que ni siquiera fueron capaces de llegar a un acuerdo para mantener la producción en sus niveles actuales. Solamente acordaron que estudiarán la situación del mercado y negociarán de nuevo dentro de seis meses", dijo David Elmes, jefe de la Red de Investigación Global en Energía de la Universidad de Warwick.
"Todo el mundo conoce la situación en la que se encuentra la industria del esquisto en Estados Unidos como consecuencia de los bajos precios, pero hay otras víctimas, algunas de ellas miembros de la OPEP", señaló Coleman, quien sostuvo que Venezuela es el país del grupo cuya economía depende de forma más estrecha del precio del crudo.
Los bajos precios han frenado inversiones en las explotaciones más costosas, lo que ha afectado a la naciente industria del esquisto en Norteamérica, pero también ha golpeado a industrias asentadas como la del mar del Norte.
"Esta es una área en la que los costes de operación son bastante altos, por lo que muchas explotaciones se han suspendido. La industria está sufriendo y los efectos de la caída del precio se han trasladado a toda la cadena de producción. Miles de personas han perdido su empleo", comentó Alexander Kemp, director del Centro de Investigación en Economía Energética de la Universidad de Aberdeen.