República Dominicana.- La consigna ¡Que se vaya ya…que se vaya ya! fue la proclamada por el fenecido Juan Bosch contra el entonces presidente de la República, Joaquín Balaguer, en la campaña electoral para los comicios del 1990, cuando ambos se postularon para la Presidencia de la República; el “Doctor” para continuar y, el “Profesor” por llegar a ocupar la Primera Magistratura, con el Partido de la Liberación Dominicana que había fundado en el año 1973.
Sin embargo, a raíz de la crisis post electoral, en medio de denuncias de fraude y, habiéndose proclamado ganador el profesor Juan Bosch, fue el propio Joaquín Balaguer, que atrincherado con una “dudosa” victoria, pidió la intervención de una figura que hoy, casi 26 años después, revela la posición del líder peledeista.
“En la crisis del 90, Balaguer me pidió intervenir, pero ante mi sorpresa yo vi a Juan Bosch que por un lado decía ¡Que vaya ya” y, cuando yo lo llamo, porque Balaguer me llama un domingo y me dice dile a él (Juan Bosch) que yo estaba listo para entregar; que yo no gané, que fue él el que perdió por los errores que cometió. –Yo no creo que estuvo listo para entregar-. Entonces yo lo llamo a Juan y él va. –Yo me creo que va a llegar con una palma de fuego, porque era ¡Que se vaya ya y que se vaya ya!, y yo lo invito y le digo -mira Balaguer me dijo esto: él quiere que usted entienda que él no tiene nada contra usted y que él está dispuesto a cualquier entendimiento-. Dice…Mira Pepín, este país está hecho para que lo gobierne Balaguer. Yo me quedé sorprendido; yo me di cuenta ahí que él no quería enfrentar los vicios de la sociedad dominicana, porque él se sentía inapto para convivir con esa situación. Y que él privilegió su prestigio, su amabilidad, su honradez al mérito o al logro de ser Presidente de la República”, comentó el empresario José Luis –Pepín- Corripio Estada.
Don Pepín hizo la revelación a los conductores del matutino “Hoy Mismo”, Dany Alcántara, Oscar Medina y Lusisín Mejía, cuando casi finalizaba el 2015.
Para entonces, el 24 de diciembre pasado, el empresario también respondió sobre sus relaciones con otros dirigentes políticos de la época, como Don Antonio Guzmán, expresidente de la República, quien inclusive se tomó en el estudio de la casa de Pepín, la fotografía oficial que todavía conservan los que valoran el Gobierno que encabezó hasta el 4 de julio del 1982, cuando se suicidó en la Casa Presidencial.
José Luis Corripio Estrada también tuvo participación en la conformación –en la residencia suya- del “gabinete” para el Gobierno de Guzmán Fernández.
“Si, yo tuve participación en la conformación del gabinete. Incluso, un militar de alto rango que se reunió allá en mi casa con él, -no conmigo, si no con él, porque le cedí un espacio- pero eso pertenece ya a la discreción”. Solamente –agregó- “te voy a decir algo de lo que es la naturaleza humana”.
“Estando él en casa reunido llega un señor que fue reformista durante 12 años y se presenta de imprevisto a casa y me dice que quiere hablar con Antonio Guzmán, y le digo -no te puedo pasar porque él está reunido y además él no me había dicho que tú ibas a venir…yo lo siento Fulano, pero no puedo. Pero me dijo -dile a él (Guzmán) que yo estoy a su disposición; que yo lo admiro y que yo estoy dispuesto a colaborar con él. Y mira, dile que yo lo único que lamento es que Balaguer solo está ciego y no está muerto-. Yo me sentí, oyendo eso tan sorprendido, que nunca le mencioné el caso a Antonio Guzmán, porque mencionárselo me ofendía”.
Eso me hizo pensar que la política, al presidente que le están agradeciendo algo, no es al que te hizo el favor anterior, sino a lo que le va a ser.
Sobre la valoración de los presidentes que ha visto pasar, dice que “todos han tenido parte positiva y parte que no ha sido tan positiva y, además, para valorar la historia reciente política, hay que dejar que pase un poco el tiempo y el efecto que han tenido sobre la sociedad. Todavía es muy reciente”.
Su ingenuidad con Balaguer
De todos los presidentes que ha tratado Don Pepín, el doctor Joaquín Balaguer es el que más le ha impresionado.
“Mira, Balaguer ganó en el 86. Yo le estuve viendo ocho años a él, pensando que no volvía a ser Presidente y yo hablaba con él cuatro, cinco, ocho horas dos veces al mes y le llevaba una colaboración económica pequeña y eso…porque era una enciclopedia que uno se nutría mucho con él”.
Continúa contando “yo que no me gusta ser muy ingenuo, cometí una ingenuidad con él (Balaguer) en el 86, que le descubrí la capacidad política y la ambición política –en el buen sentido- yo en el 86 cuando él gana, antes de la toma de posesión le digo –mire, pero usted es un hombre afortunado; yo nunca pensé que usted iba a ser Presidente otra vez y el destino lo ha llevado a ser Presidente-. Y, como é se vendía como una persona que en cuatro años no iba a estar ni viva, porque él explotó su enfermedad, políticamente hablando –le digo- y a usted incluso hasta ahora le cabe el honor histórico que el PRD, que tanto criticó la reelección, ahora tiene usted el honor de prohibir la reelección”.
La reacción del fenecido líder reformista, que se “entruñó” sin pronunciar media palabra, obligó al empresario amigo, que en un segundo se dijo “Él subió para salir muerto de la Presidencia”, a corregir la “metida de pata” con aquella “ingenuidad”.
“Instantáneamente dije -doctor, yo le estoy diciendo es para después que usted decida no reelegirse”.
Los empresarios en la Política
La experiencia de todo empresario que se ha “metido” en política no ha sido buena y, esto lo reconoce Don José Luis –Pepín- Corripio, uno de los más grandes e importantes empresarios en la República Dominicana y, cabeza de una familia que tiene por convicción no involucrarse en funciones políticas.
“Nuestra convicción y la aceptación de los cuatro hijos míos es que ninguno se meta en política, aunque se la propongan; aunque se la sirvan en bandeja, no. Nosotros no incursionaremos en política”…¿No es una posición antidemocrática; no cree que si uno de ellos (sus hijos) quiere incursionar en política porque sí, porque le gusta, no cree que es muy duro prohibírsela?…”No, porque ellos están de acuerdo. Eso es una prohibición inducida”.
Pero además, Pepín no es partidario de que ningún empresario sea Presidente de la República.
“Es un consejo que yo le daría a cualquier empresario. ¿Por qué…porque el administrar bien un negocio económico, simplemente financiero, no es lo mismo que administrar un país. Un buen empresario es aquel que hace rentable y eficiente los negocios. Un Presidente no puede ser alguien que calcule en términos de rentabilidad la inversión, porque eso significaría que solamente progresarían los que tienen dinero y habilidades para hacer el dinero. Por tanto, la relación de rentabilidad no es apropiada para gobernar un país; hay que sacar de la pobreza a una gran cantidad de gente, que tu no la sacarías bajo las leyes económicas solamente”.
Entonces –explica un hombre que si no entiende un negocio en cinco minutos, no lo hace- hay que hacer un metabolismo muy grande para no pensar nada más que en una buena administración de que los fondos no se malgasten.
“Es lo único que serviría de una buena administración empresarial para manejar los fondos sin el estado. Pero en cuanto a política social hay que tener una sensibilidad social y una experiencia. Mira los empresarios que no han ido a los barrios no conocen el país; hay que ver la pobreza”, expresa Corripio.
Y, para los que al leer lo anteriormente dicho por Pepín pensaron que se refería al candidato presidencial por el Partido Revolucionario Moderno, les aclara que “Yo no veo a Luis Abinader como empresario; nunca lo he visto como empresario. Yo lo veo a él como profesional, en la universidad. Él fue compañero de los hijos míos en el colegio y tengo amistad con el papá, pero él no es un empresario típico; empresario típico por ejemplo, era Peynado (Jacinto Peynado Garrigosa) y mira, lamentablemente como le fue y desafortunadamente falleció”.
Joaquín Balaguer –de acuerdo a las revelaciones de Corripio- fue quien lo llevó y lo indujo y él (Peynado) se desenvolvió bien políticamente, “pero él (Peynado) no hubiera podido llegar muy fácil donde llegó si Balague no lo llevaba. Balaguer lo utilizó en un momento dado, en que él era la persona clave para convencer a los americanos de que él (Balaguer) se iba a morir en dos años y lo iba a dejar a él”.
Progreso y corrupción
La visión de José Luis Corripio Estrada es que se ha progresado económica y políticamente, aunque reconoce que no se ha progresado lo suficiente para el tiempo que ha transcurrido después de la muerte de Rafael Leónidas Trujillo.
“Lo que ha progresado es la sociedad dominicana, porque mucha gente habla de corrupción, pero el problema de la corrupción en cinco, ocho, diez o 20 personas, es un mal menor, porque es un tumor operado, si se quiere”.
Lo que preocupa a Pepín Corripio es la “metástasis” que dijo ha hecho la corrupción en la mente de una gran parte de la población dominicana, de no tener una diferenciación clara de lo que es correcto y lo que es incorrecto; de lo que es honesto y de lo que no es honesto.
“Yo tengo temor de que pueda haber una cantidad enorme de la sociedad, del pueblo dominicano y de los aspirantes, al uso de la corrupción, por no diferenciar lo que debe ser y lo que no debe ser. Esa es la duda mía en cuanto al progreso de la sociedad dominicana”.
Ostentar es más peligroso que tener dinero
“A veces se critica al gobierno y se critica a la sociedad, pero el empresariado es parte del problema y parte de la solución”, consideró Pepín, para responder sobre la situación económica en la República Dominicana.
“El problema de la economía y la sociedad dominicana es que hemos progresado. Ahí están los vehículos en las calles; no caben…va a ver que hacer un segundo piso en las calles. O sea que ha habido progreso, pero el progreso no ha sido homogénico. Cuando yo era muchacho la diferencia entre un niño rico y un pobre era una bicicleta. Ahora es un Lamborghini y un Ferrari. Una parte de la sociedad dominicana creció aritméticamente y la otra geométricamente. Todos han progresado, pero la brecha se ha extendido más, agravada por la ostentación que es más peligroso que tener dinero. El ostentar es más peligroso que tener dinero”.