El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, vetó este viernes una ley que habría dejado sin efecto buena parte de la reforma sanitaria que él mismo impulsó en el 2010 y hubiera despojado de fondos federales a los centros de planificación familiar del país.
Esta es la primera vez que Obama llega al punto de vetar un proyecto de ley para suspender la reforma sanitaria, porque hasta ahora la oposición republicana no había logrado aprobar en ambas Cámaras una legislación de ese tipo, pese a intentarlo decenas de veces.
"Debido al daño que esta ley infligiría a la salud y a la seguridad financiera de millones de estadounidenses, se ha ganado mi veto", afirmó Obama en una declaración escrita.
Los republicanos, que controlan ambas cámaras del Congreso estadounidense, esperaban el veto de Obama, pero impulsaron de todos modos la ley con el objetivo de demostrar que serían capaces de derogar la reforma sanitaria si un republicano gana las elecciones presidenciales del próximo noviembre.
La medida habría derogado la mayor parte de la reforma aprobada en el 2010 para dar cobertura asequible a millones de personas sin acceso a la salud, y habría dejado sin fondos durante un año a los centros de planificación familiar de Planned Parenthood, responsables de alrededor de la mitad de todos los abortos del país.
Obama no quiso programar un acto público para vetar la ley, pero expresó su rotundo rechazo en su declaración escrita, donde defendió que la reforma sanitaria "está funcionando" y ha permitido otorgar cobertura sanitaria a unos 17,6 millones de estadounidense.
"Esta legislación habría costado a millones de familias de clase media que trabajan duro la seguridad de una cobertura sanitaria asequible, que se puedan permitir", aseguró el mandatario, que pronosticó que la ley provocaría que 22 millones de estadounidenses más se quedaran sin seguro médico para 2017.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, anunció que programará una votación para superar el veto de Obama, algo para lo que necesitaría el improbable apoyo de dos tercios de los legisladores en ambas cámaras, y se mostró optimista sobre el eventual fin de la medida.
"Esta ley caerá por su propio peso o será derogada (…). Hemos demostrado que hay un camino claro para derogar Obamacare sin tener 60 votos en el Senado. Así que el año que viene, si enviamos esta ley a un presidente republicano, la firmará", pronosticó Ryan.
"Es cuestión de tiempo", añadió el líder republicano en un comunicado.
La reforma sanitaria, considerada el principal hito en política nacional de Obama, busca extender la cobertura médica a toda la población y establece la obligatoriedad de adquirir un seguro, su parte más controvertida y duramente cuestionada por la oposición republicana.
Los doce aspirantes a la candidatura republicana a la Presidencia han mostrado su oposición a la reforma, que ha sido respaldada en dos ocasiones por el Tribunal Supremo estadounidense.