Miles de simpatizantes del partido opositor haitiano Familia Lavalás marcharon por las calles de Puerto Príncipe para rechazar la celebración de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales el 24 de enero próximo, como lo anunciara el presidente del país, Michel Martelly.
Los manifestantes, encabezados por la ex candidata presidencial de esa formación, Maryse Narcisse, quemaron fotos de Martelly y del candidato a la Presidencia por el oficialismo, Jovenel Moise, el aspirante más votado en la primera ronda de las votaciones, celebradas el 25 de octubre pasado.
Los simpatizantes de Lavalas, además, corearon consignas contra el jefe de Estado y su familia, a quienes acusaron de corruptos. La marcha fue custodiada por agentes policiales y se desarrolló sin incidentes.
Maryse Narcisse dijo que "Lavalas está al lado del pueblo" y que su partido "no reconoce" la autoridad del Consejo Electoral Provisional (CEP).
"Estamos aquí para una lucha larga pase lo que pase; no nos van a intimidar, la victoria es para el pueblo", exclamó la dirigente ante sus seguidores.
La ex candidata acusó la comunidad internacional de "profundizar la crisis" electoral haitiana, "con la imposición de una segunda vuelta que el pueblo no quiere".
Por su lado, Jean Paul, de 25 años, dijo que acudió a la manifestación "para decir no a la segunda vuelta; este Consejo Electoral no tiene credibilidad y ahora son ocho. Nosotros vamos a bloquear todo el país el día 24 (de enero)".
Este ex empleado de comunicación hizo así referencia a la renuncia del miembro del CEP, Ricardo Augustin, quien dimitió en una carta dirigida a Martelly.
La marcha de este viernes es la primera de dos convocadas por Familia Lavalas, que integra un bloque opositor denominado G8, del que también forma parte la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana (Lapeh), cuyo candidato Jude Celestin dijo hace tres días que no participará en la segunda vuelta de los comicios, en la que estaba supuesto a disputar la Presidencia al oficialista Moise.
Sin embargo, la convocatoria a la segunda ronda parece contar con el beneplácito de Estados Unidos, el país más influyente en Haití, cuyo Gobierno ha expresado su complacencia con el proceso.
Esta postura, no obstante, es rechazada por la oposición haitiana que acusa a Washington de apoyar un proceso electoral que no tiene credibilidad.
El senador Deras Simon Dieusseul rechazó la declaración del Departamento de Estados Unidos, al que exigió una rectificación sobre su apoyo al Gobierno haitiano y a las autoridades del Consejo Electoral Provisional.
Dieusseul declaró que "las declaraciones del Departamento de Estado (de EE.UU.) constituyen una injerencia total en los asuntos internos de Haití. Queremos una solución haitiana para la crisis con un Gobierno de transición que inicia el 7 de febrero".
El 7 de febrero concluye el mandato de cinco años de Martelly, quien ha insistido en la celebración de la segunda vuelta para que el país no caiga en un "vacío político".