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Roberto dice que EE UU trata de impedir su permanencia en la JCE quitándole la visa

El presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario Márquez, dijo que el embajador de Estados Unidos en República Dominicana, James -Wally- Brewster, no actúa como un diplomático, y agrega que su accionar le ha ocasionado  en el país “un daño enorme” a la imagen de Estados Unidos, por haber impregnado prejuicios y resentimientos que no son sellos de la nación que representa.

Rosario participó en el Almuerzo Semanal de Multimedios del Caribe, donde leyó un escrito de tres páginas, en la que acusó a Brewster de estar intimidando y limitando la libertad de expresión y difusión del pensamiento en República Dominicana, “que ha costado tanta sangre, dolor y lágrimas. Recordemos que en un acto de intolerancia, ya anteriormente había dicho que quienes disientan de él, deben ir a entregar la visa. Pero todo esto, para nuestra vergüenza, lo hemos permitido nosotros”, señaló. 
De inicio a fin, en los cuatro minutos que le tocó leer, el documento estuvo cargado de ejemplos y de citas dichas por el embajador.

“Quedó claro que el motivo de su acción en contra del presidente de la Junta Central Electoral, que en este caso ostentamos, es el ejercicio del derecho al veto que cree poseer para la designación y continuidad de los dominicanos en una función pública”, evidenció. 
Rosario también sostuvo que la Junta Central Electoral siempre ha actuado amparada en las leyes dominicanas, mientras Brewster se cree en el derecho de definir la política migratoria y registral dominicana y “los procedimientos legalmente establecidos los considera entorpecimientos”. 

“La buena noticia es que cancelar una visa ya no es motivo de vergüenza, no es un arma moral que pueda seguir utilizando contra quienes cumplimos las leyes y defendemos la soberanía nacional”, dijo Rosario. 
Roberto Rosario dejó entrever que el fin de los Estados Unidos, al cancelarle la visa de diplomático y personal, era evitar que él volviera a ejercer como presidente de la Junta Central Electoral, que es aspiración de Rosario.
Cuando a Rosario se le cuestionó sobre los ataques que ha recibido por querer seguir en ese cargo bajo alegatos de, aparentemente, responder al partido de Gobierno, él dijo que esos ruidos de supuesto vínculo con el PLD son mentiras.
“Yo tengo ya en la Junta Central Electoral seis años como presidente, pero en la Junta voy a cumplir ahora 14 años y nadie puede decir que en esos 14 años yo he aparecido en actividad política. Yo tengo 14 años fuera de todo tipo de actividad partidista, el que dice que tengo una actividad partidista está diciendo una mentira muy grande”, defendió y enfatizó: “lo que pueden decir es que al momento de ser designado yo provine de un partido político que me propuso, pero decir que tengo una militancia política es simplemente una mentira”. 
También lamentó que todavía no se ha aprendido a evaluar el desempeño de una persona durante su existencia, sino que queda al “bálsamo del tiempo” la valoración objetiva. Dijo que pronto, de no ser elegido, se sabrá si milita o no en un partido político. “La gente lo podrá comprobar que no tengo militancia en ningún partido, que podría hacerlo cuando quiera, en el momento que quiera, pero en el momento que se produzca (su salida) no habrá que esperar mucho”. Eso porque ya el Senado ha dicho que antes del 9 de noviembre elegirá a quienes presidirán la JCE. 

Mientras hablaba de este tema de militancia política, de oposición a su persona y a su continuidad en el órgano electoral, Rosario no pudo evitar criticar a la clase política dominicana. “Hay poca generosidad de los políticos en reconocer el triunfo ajeno. Hay un grupo de personas que las únicas elecciones limpias son las que ganan, las que pierden para ellos son sucias, es una forma muy extraña de ver el desarrollo político”, reflexionó, en una idea que viene repitiendo incluso antes de las elecciones del 15 de mayo pasado. 
“Ahora mismo yo estoy inscrito para que me confirmen como presidente de la Junta. Si el Senado entiende que las condiciones no están dadas o que en la evaluación de mi desempeño no debo ser ratificado, no me tengo que poner guapo”, dijo. Para el presidente de la JCE un gran problema de República Dominicana es que no hay una cultura de competencia democrática, no existe una cultura cívica de participación, sobre el entendido de que hay espacios a donde se va a competir.

Carta íntegra de Rosario

Sobre el embajador

El representante de los Estados Unidos, desde mi punto de vista, le ha ocasionado un daño enorme a la imagen de los Estados Unidos en República Dominicana, porque ha impregnado a la función pública que desempeña, los prejuicios y resentimientos que no son las características del pueblo y del Gobierno de los Estados Unidos. 
No ha actuado como un diplomático. Por demás, no lo es de carrera. Más bien, actúa como si fuese un procónsul o un gobernador. Dicta instrucciones, intimida y toma medidas contra todas aquellas personas que no comulguen con sus creencias.

Se cree en el derecho de definir e impregnar a su manera la política migratoria y registral dominicana y los procedimientos legalmente establecidos, los considera “entorpecimientos”, y a algunas personas les atribuye causar “que el proceso fuese más complejo de lo que realmente debía haber sido”. En caso de la Junta Central Electoral, todas sus decisiones han estado sustentadas en la sentencia del 2005 de la Suprema Corte de Justicia, la Constitución y la ley, la sentencia TC/0168/13 del Tribunal Constitucional y la ley 169-14. Cualquier interpretación diferente a las contenidas en estas normas sería contraria a las políticas públicas definidas por el Estado dominicano. 
En todo caso, en la Junta Central Electoral todas las decisiones han sido adoptadas por el Pleno y, previamente, referidas cuando se trata de actas, por la Comisión de Oficialías; cuando se trata de cédulas, por la Comisión de Cancelados e Inhabilitados. Al margen del Pleno, el presidente de la JCE no tiene facultad para suspender un acta o cancelar una cédula y nunca lo ha hecho. 
Para solo citar un ejemplo, en la Semana Dominicana en Washington, al finalizar un encuentro con autoridades y empresarios en la Casa Blanca, sin estar previsto, esa persona hizo uso de la palabra para resaltar lo que considera negatividades que afectan al Estado dominicano, como forma de desestimular la inversión de la capital estadunidense en el país.
En días pasados enrostró a los medios haberle dedicado “… demasiada atención en los titulares” al tema relacionado con la cancelación del visado al presidente de la JCE y trató de dictar la línea editorial de los medios, cuando afirmó que “el enfoque debió estar concentrado en los asuntos que queremos impulsar y no en esta situación”, y aún más dijo que “… conocemos a muchos columnistas, editorialistas y otros que son portavoces para muchas personas en el país y que buscan continuar, para fines políticos…”. Al hacer estas afirmaciones no hay duda de que está tratando de intimidar y limitar la libertad de expresión y difusión del pensamiento en República Dominicana que ha costado tanta sangre, dolor, y lágrimas. Recordemos que en un acto de intolerancia, ya anteriormente había dicho que quienes disientan de él, deben ir a entregar la visa. Pero todo esto, para nuestra vergüenza, lo hemos permitido nosotros. 
Finalmente, quedó claro que el motivo de su acción en contra del presidente de la Junta Central Electoral, que en este caso ostentamos, es el ejercicio del derecho al veto que cree poseer para la designación y continuidad de los dominicanos en una función pública y un peligroso mensaje para que quienes tengan que tomar decisiones en los aspectos relacionados con las creencias de esta persona, actúen con temor y reviertan los procesos ya consolidados. La buena noticia es que cancelar una visa ya no es motivo de vergüenza. No es un arma moral que pueda seguir utilizando contra quienes cumplimos las leyes y defendemos la soberanía nacional.

Roberto Rosario dijo que todavía existe una generación de políticos que cree que suma votos al atribuirle la responsabilidad de su desempeño, en caso de que pierdan, al árbitro electoral. “Y están muy equivocados… La población ha madurado, ya no es fácil mentir, usar falsedades para consolidar proyectos”. Manifestó que por esa costumbre es que la oposición nunca reconoció el triunfo del Partido de la Liberación Dominicana en la contienda del 2012. Nueva vez, el presidente de la JCE defendió cómo acontecieron las pasadas elecciones generales del 15 de mayo. A las 12:00 de la medianoche todo el país sabía ya quiénes eran los elegidos, dijo Rosario, salvo los casos del voto preferencial y diputados. También resaltó que el conteo de la Junta fue prácticamente inmediato, “el reconteo fue lo que duró mucho, no la información de la Junta sobre los resultados”. 

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