La Dirección General de Aduanas (DGA) desmanteló una red mafiosa que se dedica a traer a República Dominicana vehículos cortados, partes y con el guía a la derecha, con la finalidad de ensamblarlos y colocarlos en el mercado.
Este tipo de comercialización de vehículos, piezas y partes, comprados a precios de desechos en Asia y Estados Unidos, violenta normas de seguridad y de comercio nacional e internacional, y además evade el pago de aranceles y los impuestos aduanales correspondientes.
En un sorpresivo operativo simultáneo, Aduanas retuvo 166 vehículos en siete establecimientos diferentes y los propietarios de los negocios tienen un plazo de 24 horas laborables para demostrar que tanto las piezas y los carros comprados como desechos en Japón y otros países, entraron al país con documentaciones legales conforme a las leyes aduanales y de comercio de la República Dominicana.
El decomiso de los vehículos inservibles reensamblados, fue logrado gracias a una efectiva labor de los organismos de inteligencia, operativos y de fiscalización de la Dirección General de Aduanas.
Igualmente, Aduanas contó con la colaboración de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), en lo concerniente al intercambio de información.
Los trabajos de alteración, uniendo estructuras, piezas y chasis para convertirlos en vehículos cuya seguridad está comprometida, se realizaban en talleres ubicados en los barrios de Villa Juana, Villas Agrícolas, La Fe, Cristo Rey y otros de la zona norte del Distrito Nacional, bajo la dirección de técnicos peruanos y dominicanos especializados en este tipo de operaciones.
Los “nuevos” vehículos son vendidos a usuarios, los cuales ignoran que los mismos son solo piezas traídas al país y sometidas a un proceso de soldaduras y reensamble clandestino, que a la postre pone en peligro la vida de las personas que los usan y circulan por las vías del país.
Los operativos de la DGA se desarrollaron con equipos integrados por el Departamento de Auditoría de la DGA, la Supervisoría de Seguridad Militar, el Cuerpo de Celadores y apoyo de la Policía Nacional, contando con la presencia del Ministerio Público y fueron realizados en los sectores mencionados, donde funcionaban los talleres de manera clandestina.
Los cambios del volante o guía de la derecha a la izquierda, que eran realizados por los especialistas peruanos, se hacían para adecuar el tipo de vehículo a las normas nacionales de transporte y circulación que, entre otros aspectos, establecen como una violación la entrada al país de vehículos con guías a la derecha, según la Norma General no.02-08.
Estos vehículos, en las condiciones mencionadas, eran colocados en negocios informales de ventas de automóviles, vendidos a precios mucho más bajos que los del comercio regular, por cuanto la práctica atenta también contra los comerciantes legales.