Yuli Gurriel abrió la puerta y por ella pasó la ofensiva de Houston como si fuera una caballería desbocada, provocadora de un caos que estremeció hasta sus cimientos la estructura potente de Los Angeles. En esta Serie Mundial no se toman prisioneros y solo queda la tierra arrasada.
La presión de los Astros resultó tan abrumadora el viernes en la noche para vencer 5-3 a los Dodgers, que los visitantes parecieron un equipo colegial, autor de errores tontos que en estos momentos deben tenerlos con una sola pregunta en mente: ¿Cómo nos pudo pasar?
De pronto, el péndulo del Clásico de Octubre se ha movido peligrosamente del lado de los texanos con ventaja de 2-1 y dos encuentros más en ese Minute Maid Park convertido en un manicomio.
Méritos para Gurriel, quien con su primer cuadrangular en esta instancia -luego pegó doble- trajo la chispa que encendió el fuego en la segunda entrada, para Marwin González y Brian McCann que impulsaron carreras, y Alex Bregman con elevado de sacrificio. Datos tomados de El Nuevo Herald