Un estudio del Banco Mundial (BM) señala la contradicción de la economía dominicana, de un alto crecimiento en las últimas décadas, pero donde persiste una pobreza rígida y dura, sobre todo para los sectores más vulnerables.
Este documento, presentado en un acto en el Ministerio de Economía de la República Dominicana (MEPyD), presenta los resultados de la investigación desarrollada por expertos del BM sobre algunos de los problemas de desarrollo más importantes que afronta el país y basados en datos hasta el año 2013.
La República Dominicana ha disfrutado una de las tasas de crecimiento más fuertes de América Latina en los últimos 20 años, con un crecimiento de 6,7 por ciento anual entre 1992 y el año 2000, siendo la de mejor desempeño en la región.
Durante el período 2001-2013, el crecimiento se mantuvo a una tasa promedio del 5,1 por ciento, colocando a la economía dominicana en el cuarto lugar de la región (después de Argentina, Panamá y Perú) y permitiendo una convergencia del 90 % en el ingreso nacional bruto (INB) per cápita con el de la región en 2013 (4.959 dólares).
Sin embargo, a pesar de este notable desempeño económico, el crecimiento económico no ha sido tan inclusivo como en el resto de la región, ya que uno de cada tres dominicanos permanece por debajo de la línea de pobreza.
Entre los autores están los expertos en macroeconomía Francisco Galrao Carneiro y Sophie Sirtaine, quienes atribuyen la paradoja a que los altos indicadores productivos no incrementan los salarios de los trabajadores de manera significativa.
También achacan este comportamiento a una debilidad en los encadenamientos sectoriales de la economía interna, a una administración pública que gasta los recursos de manera poco eficiente, y a la ubicación insular del país, vulnerable a los desastres naturales, por lo cual se requiere de una mitigación adecuada que no afecte la sostenibilidad económica.
En sus conclusiones, los autores señalan que el desafío clave que enfrenta la economía dominicana en este momento es entender la paradoja de un crecimiento rápido con una reducción limitada de la pobreza y abordarla por medio de políticas que mantengan el crecimiento económico al tiempo que lo hace más inclusivo.
Además, consideran que el país está bien posicionada para aprovechar sus éxitos y generar un crecimiento más inclusivo que traiga mayor prosperidad a su población más vulnerable.
Sin embargo, el MEPyD apuntó que en el estudio no se incluye que la tasa de incidencia de la pobreza multidimensional disminuyó 11,8 puntos porcentuales en los últimos cuatro años en el país, según el "Índice de pobreza multidimensional para América Latina" elaborado por la institución con metodología de la Cepal y del grupo de pobreza de la universidad de Oxford, y divulgado en junio pasado.
Ese informe establece que la pobreza multidimensional descendió del 34,9 % en 2012 al 23,1 % en 2016, después de que acelerase en los años previos.
El índice de pobreza multidimensional mide las privaciones severas que cada persona enfrenta al mismo tiempo con relación a la educación, a la salud y otras necesidades fundamentales que inciden en sus condiciones de vida.
Tras la presentación de trabajo, encabezada por el ministro representante local del Banco Mundial, Alesandro Legrotaglie, y por el ministro de Economía dominicano, Isidoro Santana, se debatieron algunos puntos de la investigación.
Entre los temas del estudio sometidos a debate estuvieron la migración y la emigración, las remesas, la evasión fiscal, la equidad laboral, el crecimiento no inclusivo y futuro de la estabilidad, la energía, el turismo y el transporte.