Las designaciones de nuevos funcionarios hechas por el presidente de la República Danilo Medina, a juicio de analistas, no han logrado el efecto que a su juicio quería provocar el mandatario debido a que algunos de ellos tienen problemas judiciales.
Los que así piensan, parten de que con los anuncios Medina procuraba proyectar una imagen de remoción en el gobierno con el objetivo de quitar presión en sectores de la salud donde se habían producido algunos ruidos.
Consideran que en el caso de la designación de Van Troy Suazo como viceministro de la Juventud, quien tiene un mes en prisión por violencia de género, en su nativa provincia de Peravia, deja mucho qué desear en momentos en que la sociedad libra una puntual lucha contra los feminicidios.
Pero como si ello no fuera suficiente se cometió el mismo yerro con el caso de Andrés Boció Fortuna, que deja mucho que desear, quien fue destituido en el 2007 como Ministro Consejero de la embajada dominicana en Haití, por supuestamente operar, consulados clandestinos, lo cual es muy grave.
Ambos casos, en pocas horas, se convirtieron en el hazme reír y generaron un aluvión de críticas al Poder Ejecutivo, lo que obligó al mandatario emitir el decreto número 81-18, que deroga el artículo 3 del decreto 80-19 que designa al joven Suazo que nunca debió ser designado.
También se le revirtió la destitución de Nelson Rodríguez al frente del Servicio Nacional de Salud, que atribuyó la misma a presiones políticas, porque se negaba a mantener el sistema de nominillas en la institución.
Además se negó a aceptar su nueva designación en otros cargos, gesto poco usual en la administración pública.
Estos escandalosos casos, a juicio de analistas, han revertido el efecto que procuraba el mandatario en momentos en que su gobierno es cuestionado desde diversos ángulos.
Con los nombramientos que provocaron muchas expectativas por la forma espectacular en que los anunció el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta no se logró lo esperado, afirman.