Giorgio Armani presentó su nueva colección otoño-invierno en la Semana de la Moda de Milán, bautizada "Atmósfera", con la que se posiciona contra la moda espectáculo y reivindica el clasicismo de la casa.
El afamado Giorgio Armani dijo a la AFP, tras su desfile que; "Mi moda no es la del espectáculo que dura lo que un desfile, que da que hablar y que estaría desconectada de lo que mi cliente encuentra después en mis tiendas".
"Nunca les hablaré de cabezas cortadas. Nunca he jugado a ese juego, y el desfile de hoy confirma la idea que defiendo desde siempre: no estoy aquí para confundirlos", apuntó, haciendo referencia a la polémica del último desfile de Gucci, el miércoles.
En esa ocasión, algunos modelos tenían un tercer ojo, o cargaban bebés de dragón en brazos o incluso llevaban su propia cabeza como último grito en accesorios de moda.
La temporada es un cruce entre los codos "armanianos", como le gusta llamarlos al maestro -elegancia lineal, formas básicas, puras y extendidas- y las influencias de otras culturas
Los motivos étnicos en los diseños de Armani se conjugan con bordados en chaquetas cortas o largas, joyas de pompones o bolsos en bandolera con flecos. "La intrusión y la inclusión de referencias étnicas en la moda es lo que provoca emoción. Saint-Laurent lo hizo en los años 1970 con Marruecos y fue eso lo que dejó huella", analizó.
Las siluetas son fluidas, los pantalones amplios y libres, el calzado plano. La paleta neutra, que caracteriza el estilo de Armani, se resalta en esta ocasión con colores vivos como el fucsia, el rojo o los reflejos metalizados.