Beyoncé tuvo un espectacular regreso al escenario la noche de la fiesta temática de bienvenida en el festival Coachella donde demostró ser la verdadera reina, donde deleitó a sus admiradores con una reunión poco común de su ex trío Destiny’s Child, el sábado.
La superestrella del pop encabezó el listado del principal festival de música mundial y puso fin a un paréntesis de un año iniciado tras dar a luz gemelos.
"Queen B" se mostró con la energía de siempre en sus shows, cantó y movió sus caderas al mejor estilo de la cantante, que sólo tomó descanso de dos horas mientras dirigía a unos 100 bailarines y músicos de apoyo, es decir, el show nunca paró.
Jay-Z, se unió a Beyoncé en el escenario al final de la presentación, durante su canción "Deja Vu". Pero sólo por un corto momento.
Con una corta pausa para presentar un audio del ensayo de la escritora Chimamanda Ngozi Adichie "Todos deberíamos ser feministas", en es escenario se aparecieron tres siluetas.
Eran sus compañeras de Destiny’s Child. Kelly Rowland y Michelle Williams se unieron a Beyoncé para interpretar tres de las canciones del celebrado trío, incluida "Say My Name".
Fue la primera reunión del grupo después del show de medio tiempo del Super Bowl del que ejecutó Beyoncé en 2013.
Beyoncé se refirió a sus excompañeras de banda como sus "hermanas" y también se unió en el escenario con su hermana de sangre, Solange Knowles.
La cantante dejó en claro desde el principio que Coachella era su "regreso a casa".
AFP