Tras una boda real de ensueño, Meghan Markle y el Príncipe Harry son ya los Duques de Sussex y, como tal, deben cumplir con una serie de responsabilidades. Formar parte de la realeza conlleva una serie de normas y reglas que hay que cumplir y en el caso de Meghan Markle no iba a ser menos. Aunque su entrada en la Casa Real Británica ha supuesto una auténtica revolución, Markle deberá renunciar a una serie de privilegios o libertades de los que disfrutaba siendo plebeya.
Ni de ningún color oscuro.
Al menos, dentro de las instalaciones de la Casa Real.
Al parecer, es de mala educación irse a dormir antes que la Reina, si vives en su casa.
Ni redes sociales.
Si va de viaje no puede olvidar jamás, la ropa de luto.
Esta no es una norma de la Casa Real sino más bien una tradición de la familia para evitar intoxicaciones alimentarias.
Es decir, o zapatos planos o tacones, pero nada de un término medio.