Redacción.-El polémico sacerdote que decía ser el “defensor” de los derechos de los inmigrantes trabajadores de la industria azucarera en los bateyes de San Pedro de Macorís y otras provincias y municipios de la región Este del país, donde estuvo designado desde el año 1997 hasta su remoción en el 2006, vuelve a ser noticia, ahora por una acusación con la que gestiona una apelación pastoral contra el Papa Francisco.
En un documento firmado por el expárroco de San José de los Llanos, Christopher Hartley Sartorius, y 249 disidentes más, se acusa al Sumo Pontífice de hereje por pretender “acabar con el sacerdocio tal y como lo concibió Jesucristo, y consentir la ordenación de mujeres”.
Las información la publica este lunes ElDiario.Es, de España, ubicando a Hartley como uno de los ultraconservadores más activos entre los 11 eclesiásticos españoles que hasta ahora se han suscrito a la iniciativa, matizada por la dureza de sus críticas al Sumo Pontífice, al que culpan de ser el gestor del “caos doctrinal” que, a juicio de los denunciantes, impera en la iglesia católica por la apertura que arenga jefe del Estado y soberano de Ciudad del Vaticano.
En la apelación los 250 disidentes piden a los obispos de todo el mundo no comulgar a los divorciados y divorciadas vueltos a casar, a los homosexuales y demás personas que “cometen actos objetivamente malos que laceran la moral cristiana”.
Dice la nota que Christopher Hartley está promoviendo, a través de la red, la Apelación Pastoral’ a los obispos de todo el mundo, para que hagan frente a la deriva teológica que, en su opinión, se está viviendo en el actual pontificado, y que se plasma en la apertura a los gays, a los divorciados vueltos a casar, en el debate sobre el papel de los laicos, el sacerdocio femenino o los curas casados”.
El polémico Christopher Hartley es doctor en Teología y,, estuvo en la República Dominicana desde el año 1997 hasta su remoción en el 2006.
El activismo del llamado “defensor” de los derechos de los inmigrantes, provocó un aluvión de reacciones, enfrentando inclusive a grupos empresariales, colectivos patrióticos y defensores de los derechos de los trabajadores e inmigrantes.
También con sus denuncias de supuestas amenazas, generó discrepancias a lo interno de la iglesia y la objeción de su labor por parte de Monseñor Nicolás De Jesús –Cardenal- López Rodríguez.
En julio de 2005, Hartley recibió el respaldo del hoy arzobispo Francisco Ozoria Acosta y de los demás sacerdotes de la diócesis de San Pedro de Macorís, por alzar la voz “en contra de la explotación, la violación de los derechos humanos y la discriminación racial”.
En el 2007, un año después de su remoción, su cuestionado activismo trascendió al mundo con el estreno del documental “El precio del azúcar” que dirigió el cineasta estadounidense Billo Haney y que registra la situación de pobreza en los bateyes y las condiciones laborales de los cañeros, mayoritariamente de nacionalidad haitiana.