REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El Gobierno italiano ha exigido este miércoles la dimisión de los directivos de la concesionaria Autoestrade per l’Italia, filial de Atlantia y responsable del mantenimiento del puente que se derrumbó el martes en Génova (noroeste), y que ha causado la muerte a al menos 37 personas. También ha advertido de que se estudiarán las concesiones a estas empresas y que las multas pueden llegar a los 150 millones de euros.
El jefe de los Servicios de Bomberos, Emanuele Gissi, dijo el miércoles por la mañana que no se habían encontrado nuevos sobrevivientes durante la noche, pero que se habían descubierto otros tres cadáveres.
Los equipos con perros están ayudando a las operaciones de búsqueda y rescate, pero los rescatistas no oyen ni ven signos de vida, dijo, y agregó que la situación alrededor del sitio del puente sigue siendo peligrosa.
El jefe de la Agencia de Protección Civil italiana, Angelo Borrelli, dijo que cerca de 30 vehículos y varios camiones pesados estaban en la sección afectada del puente cuando cedió.
Las imágenes de la escena mostraban una masa mutilada de vehículos y losas cuando el puente, construido a fines de la década de 1960, se derrumbó. El presidente de Italia, Sergio Mattarella, dijo que los esfuerzos de rescate deben ser seguidos por un "examen serio y severo de las causas de lo sucedido".