La sociedad dominicana al caer la dictadura de Trujillo en 1961, se dividía en dos clases, como muy bien describió Juan Bosch en múltiples ocasiones en las charlas radiales que constituyeron la columna vertebral de la campaña electoral cuando ganó las elecciones del 20 de diciembre de 1962.
También en algunos de sus libros este narró la forma en que estratificaba a grandes rasgos nuestra sociedad, todo como consecuencia de 30 años de dictadura, eran dos grupos: las familias de primera y las de segunda; unas dueñas de todo y poseían los apellidos sonoros, mas una fortuna inmensa, y el resto no tenían ninguna importancia porque no participaban de las tomas de decisiones.
Pues la Naciones Unidas, el organismo multilateral más grande e importante del mundo, fundado en la ciudad de San Francisco en 1945, está diseñado de la misma forma que la antigua sociedad dominicana, países de primera, son los 15 que están sentados en el Consejo de Seguridad y los de segunda.
Estos últimos son los demás, que son la inmensa mayoría de las naciones que tienen que esperar los periodos de la Asamblea General para expresar su opinión sobre los asuntos que les interesen y no participan de las grandes decisiones de esta organización.
Cuando en el día mañana martes, el Presidente de la República Danilo Medina agote su turno en el 73avo periodo de sesiones de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, lo hará como jefe de estado de uno de los países que pertenecen al club de los de primera que pertenecen al Consejo de Seguridad.
Ya que fuimos electos por vez primera y en forma unánime para ocupar por dos años uno de los asientos que les corresponde a los 10 países con membresía no permanente, y esto constituye un hito, pues a pesar de que estuvimos presentes en la ciudad de San Francisco, y somos uno de los 51 países fundadores, nunca habíamos participado del club de los países de primera.
Y es que en el Consejo de Seguridad es donde se toman las grandes decisiones cuando surge uno de los muchos conflictos que han caracterizado históricamente la convivencia entre las diferentes naciones que pueblan en globo terráqueo.
Y en el caso particular de la época actual, es ahí donde se enfrenta los grandes intereses geopolíticos en esta hora definitoria de la humanidad, cuando hemos pasado en un muy corto periodo de tiempo, de un mundo bipolar, a un corto espacio hegemonía unipolar y ahora a la confrontación total por temas de comercio.
Ser miembros del Consejo de Seguridad en esta etapa un reto enorme para la diplomacia dominicana, pues el voto en un sentido u otro de la República Dominicana, podría ser definitorio para la adopción de políticas globales en un momento donde existen zonas y temas de tensión en varias partes del mundo.
Esto porque este organismo de la ONU solo tiene 15 miembros, de los cuales 5 son permanentes: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido; mientras 10 son no permanentes: Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, Kwait, Peru y Polonia (miembros hasta el 2019) y Etiopía, Países Bajos, Kazakstan, Suecia y Bolivia (terminan este año 2018), las decisiones se toman por una mayoría de 9 votos.
La Carta de las Naciones Unidad otorga al Consejo de Seguridad la responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacionales “este puede reunirse en cualquier momento, siempre que la paz se vea amenazada”, además, “todos los estados miembros tienen la obligación de acatar las decisiones del Consejo de Seguridad”.
Es aquí donde se adoptan las decisiones sobre la mayoría de los conflictos que amenazan al mundo, se aprueban las sanciones económicas y los embargo contra un estado miembro, se interviene directamente cuando se presenta un guerra para detenerla y se evalúan las alternativas a mano para conseguir las paz.
Todo esto quiere decir, que estaremos sentados donde se discuten y toman decisiones sobre los grandes temas que afectan al mundo, seremos receptores de informaciones de primera mano para ser parte, no espectadores como lo ha sido hasta ahora, de los enfrentamientos y acuerdos entre las potencias que se disputan la hegemonía en todo el planeta.
De repente, fruto de un gran trabajo del Presidente Medina, como dice la Constitución es quien dirige las relaciones internacionales de la República Dominicana, y la ejecución de esa política a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, que dirige Miguel Vargas, estaremos sentados a partir de enero en el lugar donde se toman las grandes decisiones que marcan la política mundial.
Y en un organismo de solo 15 miembros, cuyas decisiones se deben acatar en forma obligatoria, cada voto cuenta, y por esto es que sostenemos que hemos pasado del grupo de “Hijos de Machepa”, aquellos que se sientan en la Asamblea General a escuchar discursos, a ser “Tutumpotes”, actores y árbitros de los grandes conflictos que azotan a la humanidad, y eso eleva muestra importancia diplomática hacia el infinito.