Con la aprobación en el día de ayer por parte de la Cámara de Diputados, de la ley que declara a Rosa Duarte y Diez como Heroína de la Patria, así como la orden de buscar sus restos mortales que reposan desde la hora de su muerte ocurrida en octubre de 1888 en la ciudad de Caracas, Venezuela, se comienza a enmendar un acción de olvido e injusticia para quien se ganó por méritos y sacrificio propio un lugar donde le rinde honor a los inmortales de la República Dominicana.
Recordamos hace varios meses, durante la gestión de Yomaira Medina como presidenta de la Cámara de Diputados, que participamos por su invitación, de un acto donde se le rindió homenaje a varias mujeres dominicanas que se habían distinguido en diversas áreas y a juicio de una resolución de los legisladores, se merecían un reconocimiento por la labor realizada.
Sin embargo, lo que más nos llamó la atención, fue la energía desplegada en forma de reclamo por parte de la entonces presidenta de la cámara, quien incluso calificó como una ¨olímpica irresponsabilidad¨ del Estado dominicano, la condición de abandono y olvido a que había sido sometida Rosa Duarte, hermana del Padre de la Patria, quien murió junto a sus hermanos en Caracas, lugar a donde fue exiliada por los habituales traidores que hemos tenido a lo largo de nuestra accidentada historia.
Mas que eso, Yomaira en sus palabras de reclamo en ese acto, con toda la razón del mundo decía que lo que ocurría con Rosa Duarte ¨debería darnos vergüenza a todos y que el pueblo debía ponerse de pie para devolver a la tierra que nació a una mujer que hace casi dos siglos puso alma, corazón, vida y bienes al servicio de la patria que la vio nacer¨.
Pues parece que en el día de ayer se dio el primer paso en firme para conjurar lo que ha sido un error de toda la sociedad dominicana, ya que con el proyecto aprobado por la cámara de diputados, una iniciativa de Yomaira Medina que cumplió con la encomienda que se dio a si misma en el acto a que hicimos referencia.
Lo que todavía es un proyecto ya aprobado por los diputados, ahora esperamos es que sea conocido rápidamente por el Senado de la República, convertido en ley, promulgado por el poder ejecutivo y que su texto comience a ser ejecutado con la búsqueda de los restos de Rosa Duarte del lugar donde descansan en Caracas, para ser traída al país y con los honores que le corresponden como heroína de la nación, sean llevados al Panteón Nacional donde hace tiempo debió de haber estado.
Y es que no hablamos de un personaje histórico sin trascendencia, pues Rosa Duarte una activista de primer orden de la sociedad secreta La Trinitaria, sufre todavía el pecado de ser mujer, en un país donde tantos se jactan de ser feministas y luchar por la igualdad de género, esta dama extraordinaria permanecía en el olvido, abandonada por el pueblo a quien le donó su vida.
Al partir al exilio junto con toda su familia, Rosa fue hasta fue privada de tener un hogar propio con quien era su prometido, pues Tomás de la Concha, probablemente el mejor amigo de Duarte, y uno de los trinitarios mas cercanos al Padre de la Patria en sus andanzas libertarias, se quedó en el país, para después ser perseguido por Pedro Santana, quien lo mandó a fusilar en 1855 junto al general Antonio Duverge´
Es Rosa Duarte incluso, quien con sus manos convierte en balas las planchas de plomo que estaban guardadas en el almacén de su padre, las mismas que fueron usadas en las armas de los independentistas en su lucha para desalojar a los haitianos de nuestro territorio, quienes habían invadido esta parte de la isla en 1822.
En su libro ¨Mujeres de la Independencia¨ el historiador Vetilio Alfau Duran describe a Rosa Duarte de la manera siguiente:
¨Como lo revela palpitantemente en sus apuntes y en sus cartas, conservó siempre en su corazón un ardiente amor al suelo donde se meció su cuna, por cuya libertad derramó amargas lágrimas, sufrió persecuciones, perdió sus bienes, sufrió destierro perpetuo en unión de su madre, de sus hermanas, hermanos y sobrinos, y perdió las ilusiones de su juventud al perder a su novio acosado y perseguido y al fin fusilado junto a las tapias del cementerio de El Seibo, donde se meció la cuna de su madre, el 11 de abril de 1855.
Transida el alma de dolores sin cuento, pobre y anciana, murió lejos de su Patria en Caracas, el 26 de octubre del año 1888.
Mujer extraordinaria por la generosidad de su espíritu, por su amor a la Patria y por su devoción a la causa santa que encarnó su hermano, el mármol la reclama. Debe vivir en el, como vive palpitante en el agradecido corazón del pueblo por cuya felicidad hizo las mas bellas de las ofrendas¨.
Por muchos meses estuvimos esperando que la iniciativa prometido por otra mujer extraordinaria, como es Yomaira, que ha demostrado un absoluto compromiso por el bienestar de sus conciudadanos, es mas, pensamos que quizás la idea de devolver a su tierra nativa a Rosa Duarte había caído en el saco del olvido donde se guardan tantas cosas importantes del país, pero se dio continuidad a la preocupación de la diputada de San Juan y recibimos con mucha alergia la noticia de que ya tiene media sanción del congreso de la República.
Es la hora de que realicemos el acto de reconocimiento que significa la acción de buscar y trasladar los restos de Rosa Duarte a su patria, con ello comenzaremos e enmendar el terrible error que hemos cometido como dominicanos al abandonarla en otras tierras, y en ella reconoceremos a un grupo de mujeres que fueron fundamentales para que el grito de independencia y la posterior guerra libertadora, fuera un hecho a partir de la noche del 27 de febrero de 1844.
Es una deuda que tenemos pendiente como nación para con Rosa Duarte y sus demás compañeras, ojalá que pronto seamos testigos del que seráe el ultimo lugar de reposo de sus restos mortales, que deberá ser el Panteón Nacional, lugar donde descansan los inmortales de la República Dominicana, ubicado muy cerca del lugar que la vio nacer en 1820, y de la iglesia de Santa Barbara donde fue bautizada por sus padres.