REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La pérdida de pelo es una de las mayores preocupaciones estéticas de la población masculina. La alopecia más frecuente es la androgenética, que es hereditaria, pero la caída de cabello también está ligada a factores externos como la contaminación, la dieta, el estrés o hábitos tóxicos como el alcohol o el tabaco. Según datos publicados en 2016 por la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), este tipo de alopecia —entre las más de 100 variedades distintas— afecta a un 40% de los hombres con edades comprendidas entre 18 y 39 años y a un 95% de la población masculina mayor de 70 años.
Para evitarlo, dos suelen ser los remedios: el uso de tratamientos anticaída y de prevención de patologías que favorecen la pérdida de pelo, o acudir a la cirugía capilar. Esta segunda opción está muy de moda, sobre todo por los que optan por ir a Estambul a ponerse pelo, pero también es posible hacerlo sin moverse de España. “Hasta 2016 realizábamos entre 900 y 1.000 intervenciones al año, y en 2018 vamos a superar las 1.500. Respecto a las personas que vienen a nuestros centros pidiendo información, en los últimos meses se ha incrementado un 82% respecto al año pasado”, confirma Emma Iglesias, una de las cirujanas capilares que trabajan en los centros especializados Svenson instalados en España.
La doctora Iglesias también revela que muchos de los pacientes que acuden solicitando un microinjerto no han hecho previamente tratamientos para el cabello y buscan directamente la cirugía para solventar la alopecia. Sin embargo, la especialista da fe de la eficacia de diversos productos, ya sea por sí solos o como complemento a la operación: “El uso de cápsulas anticaída es bastante frecuente ya que aportan micronutrientes cuyo déficit se asocia a la caída del cabello. También es recomendable el uso de champús específicos, que no frenan la pérdida de pelo pero si previenen patologías que favorecen la caída, como la caspa o la dermatitis serborreica”, explica. Además, existe la posibilidad de hacer uso de compuestos específicos para el cabello y el cuero cabelludo, como el minoxidil y la finasterida: “Recomendables para antes o después de la cirugía”, puntualiza la cirujana. Por último, Iglesias recuerda que cada tratamiento debe ser recomendado en función del grado de alopecia y de la evolución que se prevea.
Fuente: ElPaís