ALEMANIA.- El congreso de la Unión Cristianodemócrata (CDU) en el que se dirimió este viernes la sucesión de Angel Merkel como líder del partido optó por el centro político, por la continuidad y por la integración de todas las familias conservadoras alemanas en una gran fuerza.
Todo eso es lo que representa Annegret Kramp-Karrenbauer, a quien la canciller alemana puso en el puesto de secretaria general de la organización el pasado mes de febrero porque era su favorita. Lo primero que hizo anoche, tras su elección por 517 votos, fue llamar al escenario a sus dos contrincantes. «Gracias a todos de corazón y felicidades también, queridos Friedrich y Jens, sobre todo por vuestra oferta de seguir trabajando junto a mí y para el partido. Como ha dicho Jens, nosotros tres somos ya como una banda de rock, así que por favor subid al escenario, para que quede claro que este partido es solo uno».
En la segunda vuelta de una reñida votación, AKK se hizo con los votos del tercer candidato más votado, el actual ministro de Sanidad Jus Spahn, obteniendo así 517 tarjetas de delegados, el 51,8%, frente a las 482 de Friedrich Merz, que proponía un giro a la derecha y un distanciamiento de los socialdemócratas del SPD y la gran coalición, bajo la premisa de que «si no lanzamos mensajes claros, no lograremos mayorías suficientes».
La votación abría una nueva era en el partido tras 18 años de liderazgo de Merkel. Sin embargo, la mujer que ha marcado la vida política alemana y de Europa en la última década y media tiene previsto continuar en su cargo como canciller hasta el final de la legislatura, en 2021.
AKK es una de sus personas de confianza y el entendimiento entre ambas es muy fluido, así que no se esperan dificultades en ese último tramo, sino más bien intensa colaboración. Al frente del partido hasta esa fecha, y mientras se prepara para ser con alta probabilidad la candidata de la CDU en unas próximas elecciones generales, se dedicará a una renovación programática y de estructuras del partido, con el objetivo de proporcionar a la formación política los mimbres necesarios para su estrategia de cara al siglo XXI.
Fuente: ABC