República Dominicana-En un viejo y polvoriento colchón ubicado entre las oficinas administrativas y la cárcel penitenciaria del Palacio de Justicia de la Charles de Gaulle, en Santo Domingo Este, yace el preso preventivo Eduardo Carrasco, a quien su condición de salud no le permite estar junto a los demás privados de libertad.
A pocos metros se encuentra lo que más que una cárcel preventiva parece una mazmorra, donde entre el hacinamiento y el mal olor esperan permanecen recluidos los que esperan conocimiento de medidas de coerción.
Allí las condiciones son inhumanas y una cubeta sirve de letrina a quienes no cuentan ni siquiera con un lugar dónde hacer sus necesidades fisiológicas.
Y como deplorable es la condición en que opera la cárcel, también lo es el lugar dónde se conocen las medidas de coerción, un furgón que no cuenta ni siquiera con un baño.
Los juristas convocan al Poder Judicial a eliminar esta práctica, a fin de que se pueda impartir justicia de manera más eficiente.