PANAMA.-El papa Francisco instó este jueves a hacer esfuerzos para evitar "sufrimiento" a los venezolanos ante el recrudecimiento de la crisis y ofreció la ayuda de la Iglesia para superar los "miedos y recelos" contra los migrantes en América Latina.
Mientras Francisco volaba el miércoles hacia Panamá para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, Venezuela entró en una nueva fase de incertidumbre política en medio de un nuevo estallido de protestas contra el gobierno que ya deja 26 muertos.
En una declaración enviada por el Vaticano, al margen de su primer día de actividades en Panamá, Francisco dijo que apoya "todos los esfuerzos que permitan ahorrar ulterior sufrimiento a la población".
La tensión en Venezuela se disparó después de que el jefe del parlamento venezolano, el opositor Juan Guaidó, se autoproclamara presidente con el reconocimiento de Estados Unidos y otros 12 gobiernos de la región como Brasil, Argentina y Colombia.
Tras ello, el presidente Nicolás Maduro anunció la ruptura de relaciones con Washington.
Aunque el papa ha evitado confrontación directa con Maduro, la cúpula de la Iglesia católica venezolana ha sido frontal crítica del chavismo, que gobierna desde hace 20 años.
A finales de 2016, Francisco envió un emisario para acompañar un fracasado diálogo entre gobierno y oposición.
Sin referirse en público a la crisis venezolana y su tremendo impacto en la región, el papa se ocupó de otros flagelos en el continente con más católicos: migración masiva, feminicidios y corrupción política.
Francisco planteó la intervención de la iglesia en la ola migratoria que arrastra a centroamericanos que golpean a las puertas de Estados Unidos, así como a cientos de miles de venezolanos asfixiados por el colapso económico.
"La iglesia, gracias a su universalidad, puede ofrecer esa hospitalidad fraterna y acogedora para que las comunidades de origen y las de destino dialoguen y contribuyan a superar miedos y recelos, y consoliden los lazos que las migraciones, en el imaginario colectivo, amenazan con romper", sostuvo.
En un discurso ante los obispos centroamericanos, el jefe del Vaticano señaló que la iglesia debe "acoger, proteger, promover, e integrar" a los migrantes.
Sus palabras resuenan entre los muchos de los jóvenes que viajaron a Panamá para el encuentro de cinco días con el papa argentino, de 82 años.
"Si hay una persona que puede provocar un cambio" a favor de los migrantes "es él", dijo el guatemalteco José Paz, de 20 años y cuya familia migró a Estados Unidos.
Y más en "este momento en el que todos estos temas están en auge, porque no hemos tenido dirección, no hemos tenido cómo enfrentarlos", agregó.
El papa también alertó sobre la "plaga" en la que se han convertido los feminicidios en el continente, donde unas 2.800 mujeres son asesinadas cada año según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Pero más que una plaga estos crímenes son "parte de la cultura altamente machista en la que se nos siente menos", señaló Fátima Meléndez, una salvadoreña de 18 años.
Esta estudiante de economía, que viajó exclusivamente para oír al papa, dijo que en su país las mujeres necesitan "paz en algo tan simple como salir a la calle".
A los feminicidios se suma la acción de "bandas armadas y criminales", el "tráfico de droga" y la "explotación sexual de menores y de no tan menores", que agravan el éxodo de jóvenes, denunció el líder religioso.
Ante el reclamo de las "nuevas generaciones", Francisco pidió mayor compromiso contra la corrupción política.
"Es una invitación a llevar una vida que demuestre que el servicio público es sinónimo de honestidad y justicia, y antónimo de cualquier forma de corrupción", sostuvo el pontífice en presencia del mandatario anfitrión, Juan Carlos Varela, y varios diplomáticos.
La corrupción es una de las prácticas que carcomen a América Latina y minan la confianza en la democracia, según expertos.
Uno de los escándalos que más ha golpeado la región es el que involucra a la multinacional brasileña Odebrecht con políticos y empresarios.
La compañía reconoció haber dado sobornos por 778 millones de dólares entre 2011 y 2015 en Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela.
También el país que recibe al papa fue epicentro en 2016 del llamado caso "Papeles de Panamá", tras la revelación de documentos que evidenciaban una gigantesca red de evasión de impuestos y corrupción en todo el mundo a través de sociedades opacas creadas por un bufete panameño.