CARACAS, VENEZUELA.-El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se declaró este viernes dispuesto a reunirse con el líder opositor, Juan Guaidó, autoproclamado mandatario interino, quien casi en simultáneo aseguró que no se prestará para un "falso diálogo”.
"Estoy comprometido con el diálogo nacional. Hoy mañana y siempre estaré comprometido y listo para ir donde haya que ir. Yo, personalmente, si tengo que ir a encontrarme con este muchacho (Guaidó) voy", aseguró Maduro en rueda de prensa en el Palacio de Miraflores.
Ante cientos de seguidores en un mitin en la plaza central de Chacao (este de Caracas), Guaidó, jefe del Parlamento -de mayoría opositora-, rechazó sentarse a la mesa de negociaciones, al referirse ante la prensa a iniciativas planteadas por México y Uruguay.
"La represión, cuando no les da resultado, se convierte en falso diálogo (…) Debe tener muy claro el mundo y este régimen: pa’falso diálogo aquí nadie se presta", advirtió Guiadó consultado por la prensa en su primera aparición pública desde que se auto-juramentó el miércoles. "¡Presidente!", coreaban sus seguidores.
Este viernes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que las puertas de su país están abiertas para que Maduro y Guaidó dialoguen. "Si las partes lo solicitan, estamos en la mejor disposición de ayudar", manifestó.
En la Casa de Gobierno, Maduro reiteró sus denuncias de un golpe de Estado en marcha de la derecha, orquestado por Estados Unidos.
"Golpe sería si me llevan, eso es un golpe", manifestó Guaidó, rodeado de una batería de periodistas, al comentar la posibilidad de ser apresado.
El líder opositor se autoproclamó presidente interino invocando el artículo 233 de la Constitución, que señala existe un vacío de poder con la renuncia, incapacidad mental, muerte del presidente o abandono del cargo, un punto polémico pues el Congreso ya lo declaró en 2017, aunque sus decisiones son consideras nulas por la corte suprema.
El líder opositor, de 35 años, convocó a una "gran movilización" la próxima semana, tras las multitudinarias marchas de opositores y oficialistas del miércoles, en el marco de las cuales 26 personas murieron y unas 350 resultaron detenidas.
"Los que creen que nos desinflamos, se van a quedar con los crespos hechos (con las ganas), porque aquí hay gente en la calle para rato, hasta que logremos que cese la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres", dijo Guaidó, al señalar que la fecha será precisada el domingo.
Como parte de su hoja de ruta, Guaidó no descartó incluir a Maduro en la amnistía que ofrece a militares y civiles que ayuden con una transición, pero matizó que su caso habría que evaluarlo bien porque es "un dictador".
El presidente parlamentario busca quebrar el principal sostén de Maduro, la Fuerza Armada, que el jueves le expresó "lealtad absoluta" al mandatario.
"Llegó el momento de ponerse del lado de la Constitución, de respetar y ponerse del lado del pueblo", manifestó dirigiéndose a los militares.
Guaidó aseguró que trabaja además para que llegue ayuda humanitaria al país y proteger los activos venezolanos en el exterior. El jueves, el Departamento de Estado estadounidense anunció que prepara una ayuda de 20 millones de dólares para entregar a Venezuela "en cuanto sea posible".
Washington pidió una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Venezuela el sábado, pero pujó sin éxito para que la Organización de Estados Americanos (OEA) reconociera a Guaidó en una sesión el jueves.
Tras autoproclamarse, Guaidó recibió primero el respaldo de Estados Unidos, seguido de Canadá y una decena de países latinoamericanos. Maduro obtuvo el apoyo de sus aliados Rusia, China, Turquía, Nicaragua, Bolivia y Cuba, mientras que México y Uruguay le mantuvieron el reconocimiento.
La Unión Europea (UE) se prepara para urgir al presidente a convocar "inmediatamente" elecciones, con algunos miembros, como Alemania y España, proponiendo reconocer a Guaidó.
En respuesta al decidido apoyo de Washington a Guaidó, Maduro rompió relaciones, dio 72 horas a los diplomáticos estadounidenses para dejar el país y anunció el cierre de su embajada y sus consulados en ese país. Un grupo de diplomáticos no esenciales abandonaba Venezuela este viernes.
La gran incógnita es hasta dónde llevará Trump su ofensiva contra el gobierno de Maduro. Estados Unidos compra a Venezuela un tercio de su deprimida producción de 1,4 millones de barriles diarios -fuente del 96% de divisas-.
Según analistas, Trump podría considerar congelar activos de Venezuela e imponer sanciones petroleras. "Sin control financiero, la posición de Maduro se vería seriamente socavada", señaló la consultora Capital Economics.
Estados Unidos, la UE y una docena de países latinoamericanos desconocieron el segundo mandato que inició Maduro el 10 de enero por considerar su reelección fraudulenta.
El agravamiento de la crisis política ocurre en medio de la peor debacle económica en la historia moderna de Venezuela, con su petrolera declarada en default.