Panamá.-El papa Francisco habló este sábado con franqueza sobre las presiones, frustraciones y ansiedades que constituyen hoy día retos y desafíos para los sacerdotes y las monjas que se enfrentan en un mundo en rápido cambio, donde a veces el mensaje católico no tiene lugar.
Buscó inspirar y dar un “renovado vigor” a los sacerdotes y hermanas religiosas de Panamá, tras reconocer que pueden haberse fatigado de las cargas de su trabajo y de una “Iglesia herida por su propio pecado”.
“Sería imposible tratar de abarcar todas las situaciones que resquebrajan la vida de los consagrados, pero en todas sentimos la necesidad urgente de encontrar un pozo que pueda calmar y saciar la sed y el cansancio del camino”, dijo Francisco, manifestando que “todas reclaman, como grito silencioso, un pozo desde donde volver a empezar”.
En ese sentido, el Sumo Pontífice advirtió a sacerdotes y hermanas religiosas que su cansancio a veces puede ser paralizante, pero los instó a recuperar la alegría y la fe que los inspiraron originalmente.
“Hoy es nuevamente regazo que impulsa a renovar y alimentar la esperanza”, declaró el papa Francisco, en la consagración del altar de la principal catedral panameña, la cual reabrió tras un año de renovación, en ocasión de la visita del máximo líder de la Iglesia católica.
Francisco ofició una misa en la catedral principal de la ciudad de Panamá, la basílica de Santa María la Antigua, reabriéndola formalmente y consagrando su altar después de una renovación de un año.
Durante la misa, el papa frotó aceite sagrado y colocó reliquias de varios santos en un orificio del altar después de besarlos.
La catedral-basílica Santa María La Antigua, de estilo renacentista, fue consagrada originalmente en el Siglo XVIII y allí descansan los restos de varios obispos del país. Su importancia se remonta muchos siglos atrás, puesto que representa parte de la historia de este país centroamericano que albergó la primera diócesis del continente en tierra firme.
“Más que una formal reconstrucción, que siempre intenta volver a un original pasado, buscó rescatar la belleza de los años abriéndose a hospedar toda la novedad que el presente le podía regalar”, expresó el papa, agregando que “Una Catedral española, india y afroamericana se vuelve así Catedral panameña, de los de ayer pero también de los de hoy que la han hecho posible. Ya no pertenece solo al pasado, sino que es belleza del presente”.
En medio de cánticos y el coro de “¡Esta es la juventud del papa!”, el papa Francisco arribó el sábado entre una multitud a la emblemática catedral de Panamá para oficiar una misa con sacerdotes y monjas.
Jorge Mario Bergoglio, primer papa latinoamericano, celebró la misa en el punto medio de su visita de cuatro días a Panamá para la Jornada Mundial de la Juventud de la Iglesia católica.