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  • Por: Humberto Salazar
  • viernes 08 marzo, 2019

¿La Virgen de Altagracia con toga? Por favor respetémonos

A finales de los años 20 del siglo pasado, el caudillo de turno en la República Dominicana era Horacio Vásquez, quien fue electo presidente a la salida de las tropas de los Estados Unidos que nos invadieron desde el 1916 al 1924, y que sus adherentes idolatraban tanto que inmortalizó consignas como ¨Horacio o que entre el mar¨ y fue bautizado como ¨La Virgen de Altagracia con chiva¨ haciendo referencia a la barba que poblaba su barbilla.

Pues algo así esta pasando en estos momentos en nuestro país, donde a tantos de los que gritaban hasta hace poco transparencia, combate a la impunidad y se dedicaban a señalar a todo el mundo como corrupto, solo les falta escribir al Papa de Roma para pedir que a la señora Jueza Miriam Germán la nombren ¨la Virgen de Altagracia con toga¨.

Todo esto por un interrogatorio realizado por el Procurador General de la República en una reunión del Consejo Nacional de la Magistratura a una persona, de la cual para nada dudamos de su honorabilidad y seriedad, pero que tiene que someterse como todos los mortales que aspiran a un cargo de juez en la Suprema Corte de Justicia, para dar fiel cumplimiento a la Constitución.

Para nada tenemos que hacer juicio de valor sobre la pertinencia o no de las preguntas que realizó Jean Alain Rodríguez a la Jueza Miriam Germán, pero tratar de arrebatarle el derecho que le da el cargo que ostenta es algo inaudito sobretodo de parte de los que viven ¨jodiendo todos los días¨, hipócritamente sostenemos nosotros disque defendiendo una Constitución que para ellos también no es mas que un pedazo de papel a usarse de acuerdo a sus intereses particulares.

Aquí queremos aclarar que usamos la palabra ¨jodiendo¨ porque la señora Jueza Miriam Germán la usó en unas declaraciones públicas cuando dijo, en relación al señor José Miguel Clos Ovalles, quien era la persona a quien empleó para construirle una casa en el Palmar de Ocoa y era investigado por narcotráfico los siguiente:

¨Yo nunca lo conocí como delincuente, lo conocí como un Señor de mucho trabajo y si tu para emplear una gente hasta para que te ponga una ventana, tienes que pedir los certificados de no delincuencia, ENTONCES NOS VAMOS A JODER¨.

Palabras que para nada se corresponden con el lenguaje que le corresponde a una dama y mucho menos a quien como jueza de la cámara penal de la Suprema Corte de Justicia tiene en sus manos el poder de enviarnos a cualquiera de nosotros a la cárcel.

Lo que si nadie puede negar en este país, es que si existe un Consejo Nacional de la Magistratura, cada uno de sus miembros tiene el derecho de realizar las preguntas que considere de lugar a todos y cada uno de los candidatos que se presenten como aspirantes a uno de los cargos en las Altas Cortes, y excepto que a las mujeres juezas no se les pueda preguntar, entonces si es pertinente que la Jueza Miriam German responda las preguntas que se le hagan sin excepción, por mas necias o de mala fe que las suponga.

Si tiene que explicar hasta donde llega su amistad con algunos de los acusados en el caso de Odebrecht, porque en el caso de quien escribe se puede explicar que conozca a muchos de los implicados, a fin de cuentas son políticos activos como lo somos nosotros y presumimos de todos su inocencia hasta que demuestre lo contrario, ahora, que puede tener en común la señora Germán con alguno de esos acusados que no se caracterizan precisamente por su amor a los libros, la buena música o las disquisiciones legales.

Lo mas normal en cualquier país donde existan un órgano como el Consejo Nacional de la Magistratura, es que se cuestione a cualquiera que aspire a un cargo de temas personales muy íntimos, sino pregúntenle al Juez Brett Kavanaugh, electo para el Tribunal Supremo de los Estados Unidos el año pasado, el calvario que pasó cuando una señora lo acusó de intento de violación en la época cuando era estudiante de secundaria, es decir, hacía mas de 35 años y este señor hasta lloró en cadena de televisión nacional frente a los cuestionamientos de los miembros del comité de justicia del senado norteamericano.

Entonces ¿cual es el ese show?

Es tan fácil como si un juez dice que lo llamé varias veces para pedirle ¨hacer algo¨ sobre un caso en sus manos, decir que no se de eso o llamen a ese señor y pregúntenle publica o privadamente y tema terminado.

Ahora, no solo el procurador, cualquiera de los ahí sentados tiene todo el derecho de preguntarle a ella o a cualquiera y en forma publica, porque para eso se televisan esas entrevistas sino eso solo un aspaviento y lo importante se trata en lo que llaman ¨cámara de consejo¨.

Y si usted prejuzga un expediente presentado por el ministerio público, cual es el caso de la Jueza Miriam Germán con el caso Odebretch, no espere que la procuraduría le ¨tire flores¨ cuando es usted quien ha violado lo que parece una frase hecha de que ¨los jueces hablan por sentencia¨.

Pero además, tampoco sabemos que tiene que ver el feminismo con todo esto, cuando un candidato a la Suprema Corte de Justicia solo tiene que presentar su aval como abogado y juez o jueza, el tema del genero deberían mandarlo a guardar porque eso es una discriminación real en contra de uno de la géneros al que si le pueden preguntar hasta si están o no en algún padrón electoral.

En nuestro caso no tenemos la mas mínima idea de si el expediente de Odebretch está bien o mal instrumentado o si es la Procuraduría la que tiene o no razón en este caso, eso lo decidirán en algún momento los jueces y estamos mas que seguros que habrá personas que estarán de acuerdo y otras en contra, ese es el derecho de cada quien y lo que no se ha negado es que existe un expediente en los Estados Unidos donde hay nombres propios de personas sobornadas.

Lo que para nada podemos aceptar es que ahora tenemos en la República Dominicana a una ¨Virgen de la Altagracia con toga¨, a quien no se le puede preguntar nada en una sesión del CNM convocada para esos fines, y es que esto lo defiendan los que se rasgan las vestiduras defendiendo una Constitución que es la que da ese mandato, es el colmo.

Para nada dudamos de que la señora jueza es una persona honorable y seria, pero las reglas de juego son responder a las preguntas que se le hacen y lo mejor que podría hacer es hablar menos por la prensa y dar respuesta a lo que se le preguntó, aunque las fuentes sean anónimas y sea todo una necedad.

¡Si usted quiere jugar simplemente esas son las reglas!

 

 

 

 

 

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