Santo Domingo.- A pesar de que pagan entre cinco y 15 mil pesos para participar en el evento, muchos de los vendedores de libros de la versión número 22 de la Feria Internacional del Libro no tienen energía eléctrica y aún no terminan de instalarles sus casetas.
“Yo no tengo luz todavía, todos los días he tenido que cerrar temprano, no sé cuál es la excusa de los organizadores”, sostuvo Radhamés Ramos, vendedor de la editora El Poeta.
La inconformidad de los vendedores de libros se manifiesta también por la distribución de los espacios, debido a que en esta ocasión la Feria del Libro esta diseminada en diferentes puntos de la Ciudad Colonial.
“Nosotros los que realmente vendemos libros estamos muy retirados, los que están en la calles Las Damas aparentan estar en otra feria” denunció Radhamés Ramos. Mientras que los que están ubicado en la Plaza España, como es el caso de Sandra López, indican que en las noches es cuando esa zona recibe mayor cantidad de visitantes, debido a las atracciones artísticas que allí se presentan.
El acceso a la feria, es otro de los temas que pone en juego su éxito. Esto a pesar de que la OMSA transporta desde la plaza de la cultura a todo el que quiera visitar la feria y la directora general del evento, Ruth Herrera recomendó a los visitantes acudir en taxis.
No obstante los inconvenientes, quienes conforman la Feria que se extenderá hasta el próximo domingo 5 de mayo, esperan que a partir de este martes cuando inicien a llegar las visitas de los centros educativos se dinamicen las ventas.
Los vendedores de libros consultados no descartaron la posibilidad de solicitar a los organizadores de este evento cultural que debido a los inconvenientes que han enfrentado se extienda más allá del domingo 5 de mayo la Feria.