La Asociación Dominicana de Profesores (ADP) asegura a toda la sociedad dominicana que el sistema de pensiones y jubilaciones del magisterio dominicano es justo, razonable, y sostenible en el tiempo, porque fue construido sobre una base técnica y jurídica del más alto nivel nacional e internacional.
Ante los ataques que el sector financiero viene lanzando a través de la Acción Empresarial para la Educación (EDUCA) contra el Sistema Especial de Jubilaciones y Pensiones del Magisterio Nacional, la ADP advierte que no permitirá que los dueños de las Aseguradas de Fondos de Pensiones (AFPs) asalten los recursos de los maestros y maestras como lo han hecho de forma abusiva con los fondos de retiro del resto del sector laboral de República Dominicana.
En estos momentos el fondo de los maestros representa el 10% del patrimonio total de los fondos de pensiones de todo el país. Su tasa de crecimiento es de 28.6%, frente a un 19.7% de las AFPs.
En cuanto a la rentabilidad, los fondos de pensiones que administra el Instituto Nacional de Bienestar Magisterial (INABIMA) llevan 3 puntos porcentuales por encima a la rentabilidad promedio de todas las aseguradoras que los banqueros le han impuesto a la mayoría de la clase trabajadora.
La solidez que presenta el INABIMA es el resultado de los estudios actuariales que se realizaron antes de diseñarse nuestro sistema, y tiene el respaldo de la Ley de Educación 66-97, la Ley 87-01 que crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social y la Ley 451-08 que introduce modificaciones a la Ley General de Educación en materia de pensiones y jubilaciones.
El magisterio dominicano es el único sector laboral organizado que ha podido escaparse a la voracidad sin límites del sector financiero que desea convertir en pedigüeños a todos los trabajadores y trabajadoras jubilados y pensionados de nuestro país.
La ADP defenderá con uñas y dientes el derecho de los maestros y maestras a tener un ingreso digno después de entregar sus mejores años y esfuerzos a la noble tarea de educar a nuestro pueblo.
Bajo ninguna circunstancia permitiremos que las AFPs, desde la sombrilla de EDUCA o de cualquiera de las organizaciones que financian, impongan al magisterio un sistema de capitalización individual que ha sido un rotundo fracaso en el país, en América Latina y el resto del mundo.