La República Dominicana está abocada a tirar por la ventana al menos 30 mil millones de pesos entre los meses de octubre y junio del próximo año, si es que se cumple la consigna vacía de que ¨la constitución no se toca¨, que ¨en defensa de la constitución no hay marcha atrás¨ y otras tonterías enarboladas por un grupito de legisladores del Partido de la Liberación Dominicana, cuyo único objetivo es un ¨quítate tu pa´ ponerme yo¨ absolutamente inaceptable.
Este país, al cual parecen sobrarle los recursos económicos, esta abocado a celebrar cuatro (4), si cuatro procesos electorales un plazo de solo 9 meses, que ya han sido costeados por la Junta Central Electoral sobre los 25 mil millones de pesos, eso sin contar lo que hay que entregarles a una serie de ventorrillos que se hacen llamar partidos políticos y además los gastos de bolsillo de los precandidatos y candidatos para ganar cada una de esas elecciones.
Las llamadas fiestas de la democracia, como se titulan a estos procesos electorales, son solo festivos para los que venden equipos electrónicos para conteo de votos, firmas encuestadoras falsas y reales, consultores que harán su agosto en todos estos meses, quienes fabrican gorras, venden telas, equipos de música, periodistas pagos, es decir, todo lo que se mueve alrededor de una industria que paraliza el país y no deja un solo peso de valor agregado.
El próximo 6 de octubre arrancaremos con las primarias abiertas y cerradas, en un llamado a todo el electorado que costará la friolera de 5000 millones de pesos, según la JCE, nos imaginamos que también están de fiesta los que compran equipos informáticos, firman órdenes de compra de estos (aunque después no sirvan para nada) y todo el que planta su firma para que esto se haga efectivo, porque no sabemos cómo unas elecciones de este tipo pueden costarle 100 millones de dólares a un país donde se debería plantear la austeridad como una norma.
Pero ni bien terminado este tema, donde a ese dinero hay que agregarle lo que cuestan las campañas de miles de candidatos dispersos por toda la geografía nacional, arrancaremos con una precampaña electoral en el mes de diciembre, exactamente dos meses antes de la realización de una elecciones municipales que no tienen sentido en realizarse el próximo 16 de febrero del 2020, por lo que la JCE tiene la obligación de apertura la campaña electoral para el próximo 16 de diciembre, exactamente 2 meses antes de las elecciones.
Junto con el puerco asado y las teleras, andaremos embromando con una campaña dispuesta para plenas navidades de este año, todo esto de acuerdo a los genios que se inventaron unas elecciones en febrero para autoridades municipales, las que bien debe ser dicho han pedido por consenso mayoritario que esto se modifique en la actual constitución, esas ¨tablas de la ley¨ que Dios entregó en el pico Duarte al Moisés moderno que nació en la República Dominicana.
Este jueguito de elecciones municipales en febrero, algo que fue un error admitido por el mismo presidente de la asamblea revisora en ese momento, nos saldría por una suma algo mayor a las elecciones primarias, se habla de la ¨módica¨ suma de 7000 mil millones de pesos, algo así como 120 millones de dólares, sin contar con lo que se gaste en las campañas, los gastos de los cientos de procesos que seguro irán a parar al Tribunal Superior Electoral, y además minucias asociadas a esta orgia de gastos.
Si para algo debe convocarse la asamblea revisora, además de la necesidad de habilitar al presidente Danilo Medina y su partido por respeto y agradecimiento permitirle que sea el quien decida si presentarse o no a una nueva repostulación para las elecciones del próximo año, es para reunificar las elecciones y quitar de en medio al disparate constitucional que se inventaron en el 2010 donde sin ninguna necesidad de convoca a elecciones municipales en el mes de febrero del mismo año de las elecciones nacionales.
Pero por si esto no fuera suficiente, tenemos convocadas las elecciones presidenciales y congresuales para el tercer domingo del mes de mayo del 2020, para lo cual convocaremos una campaña electoral en el mes de marzo, ¨friendo y comiendo¨ no terminamos las municipales y arrancaremos con las presidenciales y de congreso, por lo que en este país, donde nadie necesita trabajar porque al parecer a todos nos sobran los recursos, en principio y si no ocurre nada extraño estaremos en campaña electoral permanente desde el 22 de agosto de este año hasta mediados del mes de febrero del próximo año.
Y decimos en principio porque también deberíamos sumar a esto la posibilidad de que se presente un escenario de segunda vuelta electoral, nos hemos acostumbrado a las soluciones de primera vuelta, pero hay que recordar que esto es una posibilidad cierta, lo que prolongaría la campaña electoral para las próximas elecciones desde el mes de agosto de este año hasta fines de junio del 2020, la nada envidiable suma de 8 meses consecutivos de proselitismo, lo que si no es un récord es bastante buen average.
Pues además de meses hay que seguir sumando dinero, ya que las elecciones presidenciales y congresuales podrían costar otros 7000 millones de pesos, y si hay segunda vuelta para las presidenciales estaríamos hablando de aproximadamente 5000 millones mas, lo que sumado a lo anterior nos daría un gran total de 24,000 millones de pesos del presupuesto nacional solo para hacer filas y contar votos, porque ahora los señores de la JCE se inventaron, exactamente igual a los de la administración anterior, implementar unos equipos electrónicos nuevos que costaran todo el dinero del mundo.
Hablando de equipos y voto electrónico, a los jefes de la JCE se les olvida que en la Republica Dominicana nadie ha perdido nunca unas elecciones de ningún tipo porque siempre se alega fraude, aun cuando se da una ¨pela de calzón quitao¨ como la que se produjo en el año 2016, en este país siempre se alegarán trampas porque ni que fuéramos mexicanos: ¨Jalisco nunca pierde y si pierde arrebata¨.
Pues el jueguito electoral nos costaría en términos de organización alrededor de 24 mil millones de pesos, si no se convoca a los reformadores de la constitución y se unifican las elecciones en un solo proceso que este mas acorde con la lógica y la racionalidad que debe acompañar a una clase política que parece alejada cada día mas de una realidad nacional que en algún momento podría provocarles una muy desagradable sorpresa.
A esto agréguele la parálisis económica por 9 meses, el gasto de los candidatos y precandidatos, la entrega de dinero a partidos políticos, el gasto en comerciales y jingles por televisión, radio y prensa escrita, uso de espacios públicos para campaña electoral por meses, y dígame entonces si no nos merecemos un alivio reunificando las elecciones en un solo proceso en el mes de mayo y quitando ese invento de elecciones en el mes de febrero.
Eso fue un disparate constitucional, nos van a decir que por conveniencia grupal ¨no se toca¨.