Dentro de los sectores económicos y sociales que se adentran en el lujo de irrespetar las leyes que los rigen se encuentran los choferes organizados en los denominados sindicatos que los agrupan pero que no son más que empresas que dejan pingues beneficios a sus dirigentes.
Estos hombres del volante, ciertamente los que conducen y dan servicios en las calles son pobres infelices empleados de los propietarios-dirigentes de los seudos sindicatos que sufren las penurias y explotación de sus líderes pero que a la vez no respetan las leyes de tránsito.
Sus jefes laborales o sindicales mucho menos respetan esas reglas, ni siquiera las normas que rigen las estructuras del Estado dominicano.
Con actitud prepotente uno de esos sindicalistas violó una disposición del Instituto de Tránsito Terrestre y ordenó aumento de pasajes, originando esto una multa que ni cosquillas le hace a la empresa sindicato.
De hecho cien mil pesos de multa a uno de esos sindicatos no le sabe a nada, toda vez que cada pasajero que aborda uno de los vehículos del concho de su mal llamado gremio tiene que pagar de manera indirecta la señalada afectación.
Multa no resuelve violación a ley pero si asusta violar las decisiones gubernamentales la eliminación de la franquicia o apresamiento de los violadores, tal como pasa con cualquier ciudadano pobre que no cumpla sus compromisos legales.
Ya vemos como los bancos comerciales pagan multas productos de infringir la ley que los rige pero que al final recaen sobre los bolsillos de sus clientes.
Hemos visto con estupor el caso de las discotecas y empresas de un supuesto narco que nunca pagó impuestos y no pasó nada.
Ahora Impuestos internos no encuentra que hacer con locales alquilados y bienes inmuebles que no sirven para nada.
En fin fruto de la debilidad institucional, los pobres pagan impuestos pero los ricos aparentemente no, incluyendo los llamados dueños del país que deciden aumentar los precios del pasaje del transporte por encima de las autoridades.
Fue multado ese sindicato choferil y qué, pagó la multa y qué, seguirá con los pasajes altos a la vez que se burla de toda la sociedad.
Esa es nuestra República Dominicana.