REDACCIÓN INTERNACIONAL (AGENCIAS).- Las imágenes del impacto del vuelo 175 de United Airlines contra la Torre Sur del World Trade Center el 11 de septiembre de 2001 forma parte de esos pocos acontecimientos globales, eventos en los cuales todo el planeta es testigo.
El impacto, que se produjo a las 9.03 de la mañana hora Este de EE.UU., sucedió apenas 17 minutos después de la colisión del vuelo 11 de American Airlines, que se estrelló contra la Torre Norte a las 8.46. En ese época, los celulares no contaban con el arsenal de herramientas tecnológicas actuales, y hay poquísimos registros del choque de ese primer avión.
El segundo choque, en cambio, fue calculado para que todas estuviesen pendientes de lo que estaba sucediendo. La televisión había focalizado su atención en la torre en llamas, y todas las grandes cadenas estaban transmitiendo lo que pasaba en ese momento en Manhattan. Desde el horror y el estupor hasta el pánico y la incredulidad, es imposible determinar el abanico de emociones que atravesó a los millones de personas que vieron el primer ataque terrorista en vivo de la historia.
El horror en números
De acuerdo a las cifras oficiales, el número total de muertos entre los cuatro ataques fue de 2996. Hubo, además, más de 6.000 heridos. Salvo los policías y los bomberos que acudieron a auxiliar a las víctimas de los ataques en las Torres (además de los 19 terroristas), prácticamente todos los muertos fueron civiles (los 265 pasajeros de los 4 aviones, los 2606 fallecidos en el atentado a las Torres Gemelas y las 125 personas muertas en el Pentágono).
Se estima que al menos 200 personas cayeron o saltaron al vacío desde la Torres Gemelas. Las llamas que tomaron las escaleras, sumado al fuerte humo, hicieron que las personas que se encontraban por encima del punto de impacto quedaran atrapadas. Se sabe que intentaron llegar hasta la azotea con la esperanza de que las rescataran en helicóptero, pero las puertas estaban cerradas con llave.
Los bomberos y paramédicos que participaron del rescate de las víctimas, hasta el día de hoy siguen muriendo de enfermedades relacionadas a su accionar durante las horas posteriores a al atentado contra el World Trace Center.
Guerra y conflictos sin fin
La consecuencia más notoria y visible de los atentados del 11 de septiembre fueron las invasiones de EE.UU. a Afganistán e Irak. Emprendidas bajo el mandato de la “guerra contra el terrorismo”, pueden ser consideradas, junto con los mismos atentados, como el puntapié inicial de un reordenamiento geopolítico fundamentalmente distinto al que había gobernado al mundo durante la Guerra Fría.
El enfrentamiento entre Occidente y el mundo árabe, manifestado no solo en los enfrentamientos en Medio Oriente sino también en el sentimiento anti-musulmán que recorre partes de Europa y EE.UU., es una dinámica cuyo germen puede ser rastreado a los ataques de 2001. Hay que señalar también que, si bien los atentados terroristas no nacieron ese día, sí le aportaron una nueva veta al modelo de violencia aleatoria contra la población civil. En el caso de ISIS, por ejemplo, que lo adoptó como metodología preferida, el objetivo central pareciera ser la exposición masiva del incidente, tal vez inclusive más que el daño real. El pánico, el miedo y la incertidumbre como armas de combate.