LIMA (AGENCIA EFE).- Keiko Fujimori, la líder de la oposición en Perú, fue trasladada este sábado a una clínica de Lima por problemas coronarios desde la cárcel donde cumple 18 meses de prisión preventiva por presuntos actos de corrupción en el marco del caso Odebrecht.
Su abogada, Giulliana Loza, confirmó en redes sociales que su clienta se encuentra en el centro médico para ser “estabilizada y examinada al detalle”.
Fujimori, de 44 años, permanece recluida desde finales de octubre de 2018 en la prisión de mujeres del distrito limeño de Chorrillos.
El traslado al centro médico se produjo apenas tres días después de que se conociera la decisión de la Corte Suprema de Justicia de Perú de mantener en prisión a la líder del partido fujimorista Fuerza Popular, aunque con una reducción del periodo de privación de libertad de 36 a 18 meses.
Sin embargo, Fujimori ha acudido en última instancia a nivel nacional al Tribunal Constitucional para solicitar su liberación inmediata, recurso que se evaluará el 25 de septiembre en una audiencia convocada para el caso.
También esta semana su padre, el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), estuvo varios días hospitalizado, hasta el viernes, cuando volvió a la base policial donde está encarcelado para cumplir una condena de 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad.
Por su parte, la hija del exmandatario fue encarcelada por los altos indicios de haber comprado y presionado a testigos dentro de la investigación que le sigue la Fiscalía por presunto lavado de activos.
El Equipo Especial de la Fiscalía de Perú para el caso Lava Jato indaga la forma en que Keiko Fujimori y su partido ocultaron presuntamente un millón de dólares que la constructora brasileña Odebrecht afirmó haberles donado para la campaña de la heredera del fujimorismo a la presidencia de Perú en las elecciones de 2011.
Aparentemente esa cantidad fue maquillada en las cuentas del partido a través de múltiples donaciones ficticias de personas particulares por montos menores, según han revelado los testigos del caso.
Si el Tribunal Constitucional decide que continúe en prisión, Keiko Fujimori recuperaría su libertad el 30 de abril de 2020 si antes la Fiscalía no logra presentar una acusación formal con mayores pruebas del delito atribuido a Fujimori que permitan iniciar el correspondiente juicio.