Puerto Príncipe, Haití.- Miles de manifestantes, armados con machetes, piedras, palos y ramas de árboles, marcharon este viernes en Puerto Príncipe en dirección a la residencia del presidente de Haití, Jovenel Moise.
Los reclamantes, que llegaban de varios puntos de la capital haitiana, se reunieron en el cruce del aeropuerto y tomaron la carretera de Delmas con rumbo hacia el sector de Pétion-Ville, donde se ubica la residencia oficial de Moise, en las afueras de Puerto Príncipe.
En el trayecto, algunos manifestantes arrojaron piedras hacia edificios e intentaron saquear varias tiendas, empresas y residencias privadas.
La Policía para tratar de dispersar la protesta utilizó gases lacrimógenos a su paso por el barrio de Delmas, antes de llegar a Pétion-Ville, y en este distrito montó un gran dispositivo de seguridad para tratar de cortar el camino hacia la residencia presidencial.
En varios puntos de Puerto Príncipe y de las ciudades aledañas se registraron disturbios, incendios intencionados y saqueos.
En la ciudad de Cité Soleil, vecina a Puerto Príncipe, un grupo prendió fuego a una comisaría de Policía, según imágenes de televisión.
La manifestación de este viernes, la mayor que se registra en Haití desde hace un año, fue convocada por grupos opositores para pedir la renuncia de Moise, tan solo dos días después de que el mandatario tratara de apaciguar a la población con un discurso a la nación.
En su discurso, Moise pidió una "tregua" en las protestas, que se repiten diariamente en las últimas dos semanas, y ofreció formar un Gobierno de unidad nacional.
La situación se ha tensado en Haití por culpa del desabastecimiento de combustible, que se prolonga desde mediados de agosto.
El descontento de la población también se debe a la inflación galopante, que ha encarecido los precios de los productos básicos, la inseguridad creciente, la corrupción y la parálisis política que vive el país desde hace seis meses.
Haití no tiene un Gobierno efectivo desde el pasado marzo y, en las últimas semanas, la oposición ha bloqueado por todos los medios, incluyendo la violencia, la celebración de las sesiones previstas en el Parlamento en las que se pretendía someter a votación el nombramiento del primer ministro, Fritz William Michel.