Una multitud de ciudadanos haitianos se lanzaron a las calles este viernes en protesta por lo que definieron como “injerencia”, por parte de la Comunidad Internacional, a quien responsabilizan de la permanencia en el poder del presidente Jovenel Moise, repudiado por una parte de la población de ese pais.
La manifestación de este viernes fue en su mayoría en un clima tranquilo, en comparación con las protestas violentas de las dos últimas semanas, aunque hubo enfrentamientos puntuales de algunos grupos de activistas con la Policía.
"Vamos en las instalaciones de la ONU para pedirles que dejen de interferir en los asuntos internos del país", dijo a Efe Rony Timothée, un militante de la oposición.
La manifestación se produjo cuatro días después de que el Core Group, que aglutina a la ONU y a diplomáticos de varios países, mantuviese reuniones con grupos opositores, para tratar de mediar en la grave crisis política que mantiene a Haití sin un Gobierno efectivo desde el pasado marzo.
Equipados con carteles y canciones hostiles con el mandatario, en el poder desde 2017, y con la comunidad internacional, los manifestantes dijeron que estaban decididos a mantenerse en las calles hasta que renuncie Moise.
La marcha partió por la mañana del cruce del aeropuerto y se dirigió a la oficina de las Naciones Unidas, en la zona de Clercine, cerca del terminal aéreo de la capital.
A lo largo de todo el recorrido hubo quema de neumáticos y lanzamiento de piedras y botellas a los policías por parte de algunos manifestantes, mientras que los agentes usaron gases lacrimógenos.
En la manifestación participaron varios líderes de la oposición, como los senadores Evalière Beauplan, Nenel Cassis, Ricard Pierre y el activista político Assad Volcy, que fueron a la sede de la misión de la ONU para enviar un mensaje oral y escrito.