"Jovenel es incapaz e incompetente, tiene que empacar porque Haití debe vivir", dijo Jean Ronald, uno de los manifestantes. "No es normal vivir en un país tan desigual", agregó, frente al carro del "Profeta Mackenson", un popular y controvertido líder religioso.
Mackenson Dorilas, autoproclamado "profeta", fue sancionado por el Ministerio de Cultos de Haití a fines de 2018 tras anunciar que podía curar el Sida con un insecticida contra las chinches.
Una multitud de sus fieles colmó las calles de la capital, seguidos por grandes grupos de manifestantes que respondieron al llamado de cantantes populares. Las oraciones y los lemas hostiles al presidente sonaron durante horas en Puerto Príncipe.
Debido a las repetidas protestas y las ya comunes barricadas dispuestas en las carreteras principales, la mayoría de las escuelas permanecen cerradas desde hace más de un mes.
"Me puse el uniforme hoy, es nuevo y la primera oportunidad que tengo de ponerlo es en una protesta", dijo Nelly Delamet, de 19 años.
Johnny Trov Solomon manifiesta con su toga de abogado y una copia de la Constitución en la mano. "Todos los estratos sociales están presentes: queremos que todo el mundo vea que no estamos a favor de Jovenel", subrayó.
La ira popular contra Jovenel Moise, quien asumió en febrero de 2017, aumentó a fines de agosto tras instalarse una escasez generalizada de combustible, generando conflictivas colas, más protestas y un ciclo de violencia y represión.
En su mayoría provenientes de los barrios más pobres, los manifestantes redoblaron sus reclamos para la renuncia del jefe de Estado tras la denuncia de que las empresas que Moise dirigió antes de entrar en política fueron consideradas por el Tribunal Superior de Cuentas como "el corazón de un esquema de apropiación indebida".