Sin lugar a dudas que en parte del mundo incluyendo nuestra América la gente se ha tomado las calles en reclamo de acciones sociales o políticas que les lleven más bienestar, esto al margen de los partidos que regularmente controlan los gobiernos donde se dan estos reclamos.
Acciones en países tan lejos como Argelia donde desde hace meses gran parte de la población o más bien los jóvenes piden la salida de un gobierno añejo y debilitado que encabeza el otrora glorioso Frente Nacional de Liberación, Cataluña es otro caso al que hay que ponerle atención toda vez que el gobierno central español no convence a los independentistas de lograr una unidad nacional que convenza.
En nuestro Continente desde México hasta Chile, pasando por Honduras, Bolivia, Nicaragua, Haití, y Argentina la sociedad está en ebullición.
Crisis sociales, económicas o políticas afectan todo nuestro subcontinente al margen del accionar de los partidos políticos y sus propios dirigentes, situación que todavía no llega a la República Dominicana.
Aquí las cosas no pasan de protestas aisladas en reclamo de servicios que debieron estar resueltos hace muchos años.
Son acciones más bien sectoriales por agua, energía eléctrica, basura, salud. En fin lo que necesita la gente que funcione para el diario vivir
Algunos se defienden con el argumento de que la deuda social es muy grande y alta, sin plantear resolver algún tema de estos de manera definitiva.
En todo caso hay que aprender de los demás lo negativo y positivo, en esos casos mencionados más arriba la población ha explotado.
Pero además es la gente llana liderada por la juventud que ya están cansados de pagar impuestos sin que tengan nada resuelto, cada día surgen más protestas en la zona que nos rodea.
Aquí estamos en el proceso de luchas políticas partidarias que buscan redistribuir el liderazgo tema que surge de tiempo en tiempo cuando los espacios se llenan en algún partido político como pasa ahora en el Partido de la Liberación Dominicana.
Ya pasó anteriormente en el PRD, los reformistas fueron parte de esas luchas, y hasta en las organizaciones pequeñas hay divisiones internas cuando todos quieren tener su propio espacio.
El problema es que mientras esos procesos de recomposición partidaria se dan, los ciudadanos observan y siguen esperando cuando sus temas principales pueden ser solucionados sin que se tengan que imponer más impuestos, ni tomar más préstamos para invertirlos en obras que al fin no resuelven lo que la gente espera.
Los ciudadanos ven como unos pocos acumulan riquezas por diferentes vías mientras que la vida cotidiana de las clases media y más pobres van disminuyendo sus posibilidades de progreso.
Aún con los esfuerzos de Danilo Medina y de otros gobernantes por acentuar el crecimiento económico , así como ofertar servicios y modernizar esta nación, debemos pensar en lo básico primero, luego los lujos, ahí está el detalle.