Más de 70 incendios forestales continúan ardiendo este domingo en el este de Australia, donde al menos tres personas han muerto y cuatro están desaparecidas, a pesar de los esfuerzos de unos 1.300 bomberos.
Los fuegos arrasan principalmente el estado suroriental de Nueva Gales del Sur, donde los servicios de bomberos alertan de "condiciones peligrosas" para las jornadas del lunes y el martes a raíz de la subida de temperatura y los fuertes vientos previstos.
Las autoridades han recomendado a los residentes de la región afectada que se preparen ante la posibilidad de que tengan que ser evacuados.
Las llaman han devorado además 150 viviendas y al menos 30 personas han resultado heridas.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, quien este domingo ha visitado un centro de evacuados, ha alabado la fortaleza de los afectados, los trabajos de los bomberos y ha anunciado medidas económicas para aliviar las cargas de los damnificados por los incendios.