SAN CRISTOBAL.-La suspendida fiscalizadora Margarita Hernández, trasladada ayer hacia la cárcel Najayo-Mujeres, en San Cristóbal, está sumida en una profunda depresión, informaron familiares de la funcionaria.
Se le acusa de falsificación, complicidad en homicidio y complicidad para cometer un delito.
Guarda prisión por irregularidades en acuerdos concertados con Yasmil Oscar Fernández y Johan Manuel Ramírez quienes lograron salir de la cárcel y posteriormente asesinaron a sus parejas.
Sus allegados asegura que la fiscalizadora no para de llorar y que se pregunta qué será de sus hijos.
La Procuraduría General de la República la acusa de validar los acuerdos que dejaron en libertad a los asesinos de Anibel González y Juana Domínguez, en San Pedro de Macorís.
La jueza de la Oficina Permanente de la Instrucción de San Pedro de Macorís, Darlis Altagracia Eusebio Vásquez, impuso el pasado jueves tres meses de prisión preventiva contra Margarita Hernández.