SANTO DOMINGO, República Dominicana-Cuando todavía no se reponen de los traumas emocionales causados por la explosión de la estación de gas Sol Gas el 17 de febrero del 2016, el olor a gas y una humareda hizo correr atemorizados a los residentes en el sector La Esperanza en Los Ríos.
“Yo vi ese humo y empecé a correr a llamar a todo el mundo”, expresó Ramona Viloria, residente en la zona.
Quienes perdieron algún ser querido en la tragedia que dejó decenas de heridos e incontables daños materiales, narran como otra vez envejecientes, embarazadas, niños y minusválidos trataban de correr por sus vidas ante lo que la administración de la estación de combustible califica como una falsa alarma.
“A mi hubo que sacarme cargada porque yo no sirvo de las piernas”. Dijo Margarita Ramírez, desde su silla de ruedas.
A raíz del pánico vivido, muchas personas no han dormido desde la dos de la madrugada cuando vieron salir el humo, mientras otros necesitaron atenciones médicas.
A una sola voz nos residentes en La Esperanza piden el cierre definitivo de la estación de gas, reabierta hace dos meses, luego de la tragedia.