Mientras la clase política se lanza a diestra y siniestra a un proceso electoral plagado de candidatos improvisados, dejando de lado muchas veces a los más profesionales de ese negocio, el caos vehicular que se produce en el país es inédito, originando diariamente muertes de gran envergadura.
Con una plaga de motoristas atravesando calles y avenidas, vehículos del concho con tinte de chatarras, taxis con todas las falta de educación y conductores de todos los colores sin el más mínimo nivel de conducta nuestras vías con un verdadero caos.
La famosa ley que creó el Intrant no es más que letra muestra, ese organismo al no tener el control real de la aplicación de la ley represiva no puede hacer nada que valga la pena.
La famosa Digesett es el organismo que persigue las violaciones a la ley en plena vía pero su complicidad con las malas prácticas de los conductores les quita autoridad para aplicarse en sus motivos originales.
En fin, durante esta temporada navideña, pero más durante todo el año los ciudadanos somos víctimas de los indeseables comportamientos de nuestros conductores no importa cual sea el vehículo que lleven a manos.
Las muertes ocurren a diario sin que haya culpable oficial a quien sancionar ante un Estado verdaderamente irresponsable en cuanto al orden que en el tránsito vehicular merecemos.
Cuenten los muertos en nuestras calles, carreteras y avenidas en la presente época.
Cuenten los atropellos contra transeúntes todos los días del año ante el comportamiento atroz de los motoristas dominicanos.
La violencia en nuestras vías está tan enraizada que la gente mata por un pequeño choque de vehículos, por un parqueo, hasta porque un semáforo no cambie a tiempo, o alguien no arranque su vehículo a la velocidad que lo pide la bocina de cualquier indecente de una guagua o un camión.
Vamos por mal camino teniendo en cuenta que la educación hay que medirla por el tránsito, el informe PISA nos queda pequeño en términos comparatorios.
Tenemos una inversión respetada en nómina de cualquier institución que tenga que ver con el tránsito terrestre pero nada de resultados, muchos teóricos y poca realidad.
De ahí que hay que rogar a Dios para que los muertos por accidentes de tránsito no entren en las estadísticas de que este año fallecieron menos que el año pasado, pues es la única forma que tienen las autoridades para justificar su inoperancia.
Añadan a esto que contrario a otras naciones más organizadas aquí mientras más se venda alcohol más chance dan para que la gente muera en accidentes si tomamos en cuenta de que en Navidad se puede consumir hasta el amanecer cuando debería ser lo contrario.
Pero ahí vamos, estamos en República Dominicana donde somos inagotables.