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  • Por: Humberto Salazar
  • miércoles 18 diciembre, 2019

Feliz cumpleaños a un hombre noble: Marino Collante

La memoria no me alcanza para recordar cuando conocí a Marino Collante, ambos somos de la generación de jóvenes que ingresó al Partido Reformista Social Cristiano en la época en que nuestros objetivos eran los mismos, desarrollarnos en una sociedad atrasada y en crisis donde fuimos miles los que como nosotros pusimos nuestra esperanza de cambio en un anciano venerable llamado Joaquín Balaguer,

Creo que tanto el como yo nunca nos hemos arrepentido de esa decisión.

No suelo trasparentar públicamente los sentimientos que profeso por mis amigos, al final son muy pocos a los que les aplico este adjetivo calificativo, sin embargo quisiera usar mis ¨chispas¨ de hoy, y aprovechar la fecha de cumpleaños de Marino Collante, para describir en su persona lo que a mi juicio debería ser alguien que se dedica a la política como actividad primaria o secundaria en su vida.

Decía Juan Pablo Duarte en una sentencia que repetimos desde la escuela primaria sin que se sea explicada por los maestros: ¨La política no es una especulación; es una ciencia mas pura y la mas digna, después de la filosofía, de ocupar las inteligencias nobles¨, esto lo escribió un hombre a quien la actividad política lo llevó a la ruina, al destierro, la persecución y la muerte en la miseria alejado de la tierra que lo vio nacer.

Aplicando el criterio sublime de la política de Duarte, entonces tendríamos que llegar a la conclusión de que quienes se dedicaron a esta actividad en lo que ya podemos calificar la época romántica, aquella donde soñábamos con una Patria mejor y nada mas, como es el caso de Marino Collante y muchos representantes de su generación, lo hicieron bajo la consigna del sacrificio antes que todo y dispuestos a entregar lo mas preciado que puede tener un ser humano, que es su tiempo por una causa noble.

Era la época donde marchar acompañando a un líder político bajo la sombra de cualquier bandera podía significar hasta perder la vida, no solo de los que hoy se revivifican como héroes de una causa perdida, sino de los que asumieron los riesgos del reformismo, aquellos que marchaban con Balaguer hasta lugares donde eran recibidos con piedras, palos y disparos, todo rémora de una época donde la violencia política era la norma y no la excepción a la regla.

En ese espacio de tiempo conocí a Marino, la vida nos llevó por caminos paralelos, distantes unas veces por razones geográficas, en mi caso circunscribí mi labor profesional y política en principio a Santo Domingo, y en el caso de mi amigo Collante descolló como uno de los dirigentes reformistas mas importantes De Santiago, es decir, nos unía el carió y la lealtad al reformismo y a Balaguer.

Cuando por convicción nos tocó enfrentar al líder del partido lo hicimos juntos, derrotamos su posición apoyando a Jacinto Peynado en 1995, en lo que fue una verdadera revolución de los sargentos, junto con la parte mas joven del PRSC, Marino fue parte de la generación que lo arriesgó todo planteándose un futuro político del partido conservador por excelencia de la República Dominicana mas allá de Balaguer, solo que el destino tenía escrita una historia diferente.

Sería interminable narrar la historia política contemporánea en estas pocas líneas, pero de los episodios de la época difícil de la transición y recomposición de los partidos políticos dominicanos, esa donde mueren en 4 años los fundadores de nuestra democracia, recuerdo en Marino Collante hoy día de su cumpleaños, una de las características mas preciadas para un ser humano, sobretodo de aquel que abraza esa ¨ciencia que es digna de ocupar las inteligencias mas nobles¨, que es precisamente ¨la nobleza¨.

Según el diccionario noble, en el caso de adjetivar a una persona, es aquella que es sincero y veraz. Describe al que demuestra una actitud justa hacia la verdad y, por consiguiente, desprecia el engaño, Además, tal persona es valiente porque defiende los justo sin tener miedo¨.

Todo aquel que se dedica a la actividad política, como ya lo escribió hace mas de un siglo Juan Pablo Duarte, debería estar adornado de nobleza, que sus amigos y conocidos lo consideren poseedor del don de decir la verdad, de no mentir, no despertar esperanzas vanas en quienes se le acercan y ser capaces de dar la cara por lo que consideran justo, o hacer el sacrificio que sea necesario para defender lo que creen en un momento determinado aunque este en minoría.

La definición de persona noble que escribí anteriormente encaja perfectamente en ese gran amigo que es Marino Collante, no engaña a nadie, no miente, es absolutamente valiente para defender sus posiciones, y quizás lo que mas admiramos algunos, tiene una paciencia de Job para escuchar hasta al mas ignorante sin inmutarse ni alterarse, es decir, parece que nuestro amigo entendió desde pequeño porque la política merece ser ejercida por las inteligencias mas nobles y brillantes.

En mi caso particular, además de noble, Collante ha sido mas que solidario en algunas de las horas mas difíciles de todo mi accionar político, cosa que agradezco infinitamente y por la que le estaré eternamente agradecido.

De corazón y humildemente, muy lejos en la distancia geográfica pero cerca en el cariño y hermandad de siempre, vayan a mi nombre y de toda mi familia un abrazo a ese hombre noble y solidario que se llama Marino Collante en el día de su cumpleaños.

 

 

 

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