En un discurso maratónico, al que los medios han llamado rendición de cuentas, el presidente Danilo Medina acaba de despedirse de manera política del pueblo dominicano; hizo un sin números de comparaciones y juicios de valor sobre sus 7 años y medio de gobierno y la gestión que le antecedió.
Habló de muchas cosas y adrede olvidó muchas más; por ejemplo, mencionó la inversión en educación y el alto número de aulas construidas, además de la alimentación escolar; pero olvidó mencionar que con toda esa inversión, acabamos de fracasar en la evaluación de la calidad de las pruebas PISA.
Olvidó que el Ministerio de Educación en su gestión gubernamental, produjo 2 precandidatos presidenciales y una cantidad increíble de pequeños millonarios a costa de los negocios del 4% que ha recibido el Ministerio cada año; para muestra solo un botón que les dejamos de tarea.
Si alguien se digna a investigar la cuantía de dinero que ha dedicado el MINERD, a la compra de terrenos para construir las 28 mil aulas a que aludió el Presidente, se sorprendería de ver cantidades de 15 a 30 millones de pesos pagados por solares para construir escuelas en municipios y distritos apartados del país, donde una finca en producción no pasa de 4 ó 5 millones de pesos.
El Presidente dominicano, sigue valorando como borregos a la generalidad del pueblo; todos sabemos que los 27 de febrero día de nuestra Independencia Nacional, el Presidente de la República debe rendir por mandato constitucional un informe sobre la ejecución presupuestal del año anterior, y hablar de las perspectivas del país en el año en curso; no hacer un discurso político defendiendo su gestión de cerca de 8 años.
Pero, ¿Cómo hablar de la implementación del presupuesto del 2019, y no hacer mención a los problemas financieros por los que quiere regalar Punta Catalina al echarse la paloma?; ¿Cómo hablar de ese presupuesto ejecutado, y no hacer mención de 12 mil y pico de millones de peso que se malversaron en carpeta asfáltica?; y así, un sin número de huellas que dejarían sin respiración al Presidente si las tocara.
El Presidente pronunció las palabras transparencia, institucionalidad y justicia; y todos miramos hacia atrás, y pensamos en Joao Santana Figuereo moviendo los hilos de la manipulación del pensamiento colectivo; él y su esposa pagados con dineros del Estado, estando incluso encarcelados en Brasil hasta el 2017.
Pensamos en Odebrecht y Punta Catalina, los nombres codificados que nunca se han aclarado, 39 millones de dólares que no se olvidarán a que cuentas se sumaron. Pensamos en la modificación constitucional del 2015, burda y forzada; pensamos en los intentos de volvernos a burlar en el 2019; pensamos en el mamotreto forzado de la Ley de partidos y agrupaciones políticas, que aún no terminamos de podar.
Los dominicanos pensamos en el Dr. Junior Ramírez y la depredación de la OMSA, en el OISOE y el suicidio de un ingeniero; pensamos en los acuerdos judiciales, que dejan en libertad a acusados con largas colas delictivas; pensamos en otros acuerdos judiciales que dejan en libertad a criminales, que sin reponerse bien la congoja del encierro, van y concluyen sus crímenes.
En fin, los dominicanos pensamos que si Danilo Medina quería defender su gestión, que ha tenido luces y sombras, jamás debió mencionar esas palabras que le proyectan tanta sombra; porque llegará el momento que estos ejemplos que hemos señalado resultarán nimios con respecto a lo que se descubrirá después de que abandonen el gobierno.
Los acuerdos de Odebrecht y las tumbas del Dr. Yuniol Ramírez, de la Sra. Anibel González, y de otras muchas víctimas del sistema de justicia, esperan otra rendición de cuentas del Presidente Medina.