De nuevo están pautadas las elecciones presidenciales y congresionales, ahora, para la primera semana del mes de julio venidero.
Se retoma el torneo electoral luego del fiasco de febrero, de las elecciones de marzo y de la suspensión de mayo.
Fíjense cuantos contratiempos han tenido las elecciones diferidas del presente año, sin que los actores principales estén admitiendo que la pandemia del Coronavirus sea una de las causantes principales de la situación que nos afecta.
Con el virus distribuido por medio mundo desde diciembre pasado, no se percataron aquí ni las autoridades nacionales ni las electorales de lo que nos venía.
Al suspenderse las elecciones de febrero se prolongó la distribución del virus para marzo, resultando afectados una gran cantidad de candidatos y ciudadanos comunes.
Quizás para no suspender esa vuelta, todo quedó al silencio, los resultados sanitarios han sido catastróficos.
Hoy tenemos que las presidenciales y congresionales se pospusieron para julio, estamos en veremos a menos que se realice campaña virtual, mientras la población tendrá que jugársela para ir al votar en medio de la incertidumbre de enfermarse a muerte.
Agrego que el precario sistema de salud pública y privada no garantizar un claro servicio al ciudadano cuando resulta infectado, sencillamente las clínicas no admiten pacientes con el virus y los hospitales públicos no están en capacidad de recibir a todo el que está enfermo.
En fin esto parece una pesadilla.
Es posible que se estén realizando esfuerzos para que la población pueda sobrevivir a la catástrofe pero la realidad dice otra cosa.
Dentro de la parte económica vamos en caída libre sin turismo ni exportaciones, tendremos que recurrir a préstamos y más de ellos para sostener el peso dominicano.
En fin vamos a pedir que se pueda resolver esto, ya la vida no será la misma con el Corona rondando en cada lugar donde estemos, y con pocas posibilidades de sobrevivir a él.