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  • Por: Rosalba Escalante
  • jueves 30 abril, 2020

Pobres encerrados en sus casas por el COVID-19 claman al gobierno los ayude

Rodeado de cantinas y cubetas viejas, desde una pequeña habitación en la que apenas tiene la cama en la que está postrado hace 7 años, Juan Ramón Herrera de 61 años, pide al Gobierno virar hacia el su mirada.

SANTO DOMINGO.-Encerrados en sus casas por la cuarentena producto del Estado de Emergencia que vive República Domnicana ante la pandemia del Covid-19, familias residentes en La Vieja Barquita piden ser incluidas en el programa de ayuda Quédate en Casa, que otorga a personas de escasos recursos entre cinco y 7 mil pesos al mes.

Rodeado de cantinas y cubetas viejas, desde una pequeña habitación en la que apenas tiene la cama en la que está postrado hace 7 años, Juan Ramón Herrera de 61 años, pide al Gobierno virar hacia el su mirada.

"Yo no tengo quien me de algo, a mí quienes me dan comida son dos vecinos que se dedican a vender café y te, ahora por el coronavirus o están haciendo nada, ellos me traen la comida y de esa comida yo tengo guaradar para la noche, por si no aparece nada", manifestó Herrera con mirada triste.

Y es que pese a no poder caminar, producto de una lesión en la columna y a vivir en pobreza extrema, Herrera no fue incluido en el programa de ayuda Quédate en Casa, ni ha sido beneficiado con la tarjeta Solidaridad, sobreviviendo gracias a la ayuda de la iglesia católica y dos vecinos que se dedican a la venta de café, pero que producto de la cuarentena han tenido que dejar de trabajar.

"Paso hambre, mucha hambre, yo no tengo quien me de nada", añadió.

Al lado de Juan Ramón Herrera vive Ivena Pie, quien aunque no está postrada en una cama, vive un drama similar, junto a sus seis hijos. Decretado el Estado de Exepción, Ivena Pie, nacional haitiana, pero con más de 20 años viviendo en República Dominicana, tuvo que dejar de vender frutas en la calle, por lo que se ha visto obligada a empeñar parte de sus ajuares para dar de comer a sus pequeños.

"Mira a  mi ayer se me fue el gas y no lo he podido comprar, no hay nada para darle comida a los muchachos", dijo Ivene Pie, con acento creole.

La realidad de Herminia Marte es menos dramática, pero también ha tenido que atravesar precariedades, pues aunque ella si fue incluida en el programa de ayuda Quédate en Casa, a través del cual recibe 2 mil 500 pesos quincenal, dejó de percibir los 8 mil que ganaba como empleada doméstica.

"No es fácil tu estar encerrado en estas cuatro paredes, que tu comes hoy pensando en si mañana vas a tener", expresó la señora Herminia.

Evidentemente que estas familias residentes en La Vieja Barquita en Santo Domingo Norte, no fueron incluidas en las de un millón y medio que de acuerdo a la vicepresidenta Margarita Cedeño, están siendo subsidiadas por el Gobierno.

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