BUENOS AIRES (AGENCIA EFE).- La llama se asoma curiosa a la pantalla de la videollamada y la distancia de cientos o miles de kilómetros desaparece para trasladar de inmediato al interlocutor a los cerros de colores y el cielo celeste puro del norte argentino.
Crisis es sinónimo de oportunidad, dicen los expertos, y de ello se aferran los emprendedores turísticos en la Argentina en momentos en que la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 sume al sector en una crisis que pone en grave riesgo su supervivencia.
Hoteles que alquilan sus habitaciones al Gobierno para aislar a personas con la COVID-19, la venta de viajes futuros a precios promocionales y seguir la caravana de llamas por videollamada son algunas de las iniciativas lanzadas para reactivar el turismo en un país sin vuelos comerciales hasta el próximo 1 de septiembre.
Mientras el foco de contagios de la COVID-19 se concentra en el área metropolitana de Buenos Aires, el resto del país cuenta en general con cifras muy bajas de personas infectadas, por lo que varios distritos planean habilitar la actividad turística para sus coprovincianos.
Jujuy, en el extremo norte argentino, abrió el turismo para los residentes de la provincia y así el último fin de semana se comenzó a notar un poco de movimiento, mínimo, pero que genera cierta expectativa: “La oportunidad que nos da el virus es la de conocernos a nosotros mismos”, señala a Efe Adrián Zárate, un experto consultor turístico del lugar.
LA TECNOLOGÍA LLEGA AL AUXILIO
Entre casas de adobe a los pies de los cerros de colores y telares antiguos, Internet brinda a los artesanos de Purmamarca la posibilidad de llegar al mundo sin tener que esperar a que reabran las fronteras una vez que pase lo peor de la pandemia.
La plataforma de venta les permite a tejedoras, orfebres y ceramistas volver a vender sus productos y recibir el 100 % del valor porque no les cobran comisión, y allí también se pueden adquirir estadías y excursiones con amplios descuentos para realizar a futuro.
La tecnología también acudió en auxilio de Santos Manfredi, un andinista que desde hace casi 20 años dirige el emprendimiento de “Caravanas de llamas” en la norteña localidad de Tilcara, con el que realiza caminatas y excursiones con estos simpáticos animales a parajes recónditos pero por la cuarentena obligatoria en Argentina se quedó sin visitantes ni ingresos.
“Mi gasto más importante con las llamas es el alimento, así que mi primera adaptación ante la cuarentena fue salir a pastorear a la montaña para que coman, a la vieja usanza”, relata Manfredi a Efe.
El emprendedor recibió luego una llamada de un cliente estadounidense que le cambió los paradigmas: “Me hizo una propuesta de trabajar vía la aplicación Zoom con las llamas, así de increíble como suena. Sin mucha esperanza pero apostando a todo lo que uno pueda hacer le dije que sí y tuvimos varias reuniones con gente muy variada”.
“Poder contarles, mostrarles la sensibilidad de estos animales, la cercanía, la fraternidad que tienen para con uno y a través de una pantalla resultó. Para mí fue una experiencia hermosa”, asegura Manfredi, acompañado por Iura y Palmiro, dos llamas ya acostumbradas a las videollamadas.
HOTELES QUE REINVENTAN EL NEGOCIO
Así como el coronavirus puso en riesgo de quiebra a muchas empresas turísticas, otras reconvirtieron el negocio como aadesa Hotel Management, una empresa especializada en la administración de hoteles del Cono Sur.
Tras la irrupción en marzo de la COVID-19 en Argentina, la compañía ofreció al Gobierno de la ciudad de Buenos Aires colaborar con el alojamiento de los repatriados en medio de la pandemia.
“En ese momento, tres de nuestros hoteles de la ciudad de Buenos Aires recibieron en sus más de 300 habitaciones a alrededor de 15.000 argentinos que regresaban al país desde diferentes destinos y que debían realizar una cuarentena preventiva”, afirma a Efe el CEO de la empresa, Arturo Navarro.
A cambio, las autoridades pagan 1.000 pesos (casi 15 dólares) más impuestos por noche por habitación que, “a pesar de representar solo un porcentaje menor del costo, permite cubrir los gastos mínimos”.
La compañía hotelera también habilitó aparts hotel como departamentos temporales, lanzó la acción “Argentina Aplaude” con mil noches de hotel gratis para el personal de salud, abrió sus espacios para realizar teletrabajo y evalúa convertir instalaciones en residencias para adultos mayores.
Lejos de la capital, Fabricio Manzoni también abrió su hostería La Paleta del Pintor a la opción del teletrabajo en el pequeño pueblo de Maimará, donde con buena conexión a Internet y delicias de la gastronomía andina se puede realizar la tarea diaria con vistas a los bellos cerros de la Quebrada de Humahuaca.
LAS BALLENAS ESPERAN
Las ballenas ya llegaron al Golfo Nuevo en el Atlántico, pero por primera vez en décadas nadan en soledad, sin la compañía de los habituales botes con visitantes.
La cuarentena que rige desde el 20 de marzo también paralizó la actividad en Puerto Madryn y tanto los operadores turísticos como las autoridades se abocaron a adoptar todos los protocolos de bioseguridad necesarios y buscar una vía para generar ingresos en medio del parate total.
“Desarrollamos Futuro Viaje, una plataforma de comunicación donde se pueden adquirir distintos servicios, experiencias y alojamientos con descuentos realmente importantes y además con una ventana de tiempo para ser utilizada hasta junio del año que viene, con un nivel de consulta que ya ha superado nuestras expectativas”, informó a Efe el secretario de Turismo de la ciudad de las ballenas, Marcos Grosso.
Las primeras reservas son, en general, para después de agosto: “Uno de los pocos consensos que hay es que esto va a ir abriéndose lentamente primero desde lo que será un turismo intraprovincial, luego se conformarían corredores seguros con provincias cercanas para finalmente llegar a un proceso que integre a todo el país y, en una cuarta etapa, pensar en el turismo internacional”, señala el funcionario.
La ciudad patagónica aguarda además con expectativa la reanudación del turismo de cruceros, ya que el año pasado recibió 60.000 personas, ansiosas por hacer compras, comer mariscos y realizar excursiones a destinos como Punta Tombo, la pingüinera más grande de Suramérica.
En Puerto Iguazú, junto a las famosas Cataratas del Iguazú, también se prepara “para este nuevo turismo que se viene y que va a demandar algo nuevo, diferente, que será mucha más bioseguridad, muchas más medidas preventivas, con el plus de que este es un destino sustentable y de naturaleza”, destaca el funcionario del Ente de Turismo de Iguazú Nicolás Benítez.
La ansiedad por la reapertura del turismo es enorme porque el 90 % de la población de Iguazú depende directamente de esta actividad, que la pandemia cortó de raíz luego de registrar en 2019 la cifra récord de 1,6 millones de visitantes.
Como en Jujuy, Madryn e Iguazú, los destinos de nieve también serán seguramente este invierno solo para los locales mientras que Las Leñas, uno de los centros de esquí más famosos del país, ya anunció que no abrirá durante la temporada 2020.