La teoría de que las encuestas son la medición científica del momento para establecer el posicionamiento de un candidato, en este caso hablamos de política, parece que se cae toda vez que cada investigación electoral da resultados contraproducentes la una con la otra.
Veamos, estamos en la recta final de una desigual y anómala campaña electoral producto del corona virus que azota al mundo y al país.
En este tramo podemos y estamos viendo de todo lo que llama la famosa campaña sucia o negativa de final de proceso, pero más que eso la guerra de encuestas donde cada día salen dos y tres de estas en procura de dar la impresión de que quien la manda a elaborar es el que está al ganar.
El 5 de julio se aproxima a paso de vencedor como decían los reformistas de Balaguer y ahí se sabrá la verdad de los hechos.
Entiendo la premura de los candidatos y sus estrategas de cuartos de guerra en vender percepciones pero a la vez creo que le hacen daño a las estrategias de las encuestas y sus resultados cuando a cada momento lanzan una lo que origina falta de credibilidad a las mismas.
Los candidatos delanteros Luis Abinader y Gonzalo Castillo son los que más invierten supongo en estas encuestas, en el caso de Leonel Fernández podría aparecer en un segundo o tercer lugar pero no en el primero por tanto para su equipo no es primordial publicar encuestas ya que apuesta a una segunda vuelta.
Encuestas las hay de todas, originales, financiadas por sectores interesados, de carpeta, de teléfonos, de copias de otras, en fin de todos los colores y medidas.
El problema es que casi no convencen a no ser aquellas que financian medios de comunicación más o menos independientes, lo que puede pautar una ruta en el comportamiento del votante hacia las elecciones del 5 de julio.
Cada candidato, al menos los más sobresalientes han tenido que sacar de abajo como se dice para poder sobrevivir en medio de esta crisis de salud que se vislumbra económica para lo que queda de año.
Lo que sí tienen que tener pendientes los mismos, al menos para lo que queda de promoción electoral es que los dominicanos tienen que ser tratados como si tuvieran cerebro es decir facultad para elegir entre uno y otra sobre la base de credibilidad en el discurso.
De todos modos los días pasan y si alguien me puede ayudar a interpretar las encuestas al final del camino sería interesante, mientras tanto es esperar y ojalá que se pare esta campaña y contra campaña de encuestas porque la gente dejará de creer en ellas y votará al fin y al cabo por el candidato que entienda tiene más capacidad y cordura para manejar la crisis que se desarrolla.