Muchos de nuestros amigos, comenzarán criticando el título de este escrito; pensarán que la emergencia nacional, no es gubernamental sino sanitaria; y en otro escenario tendrían razón; pero en este no. La pandemia que azota el mundo, da la oportunidad a gobernantes inescrupulosos, para manejar una crisis epidemiológica a su favor.
Lo cierto es que estamos ante un gobierno indolente y sin pudor, que no le importa la salud del pueblo dominicano más allá de donde le puede perjudicar su imagen hacia el exterior; el desorden en que se ha manejado la crisis sanitaria, solo ha servido para enriquecer más a los allegados del Presidente Medina.
Los estados de emergencia impuestos para manejar el Covid-19, son utilizados por el gobierno dominicano para reanimar y dar respiración artificial a un candidato ilegal que no se levanta ni con oraciones. En una labor de sombras, durante las noches, los agentes del gobierno hacen sus reparticiones de los tiempos de Concho Primo; salamis, panes y gallinas, hasta ahí ha descendido el viejo partido.
La oposición velada que manifestaba el partido de gobierno a las elecciones en el exterior, se vio frustrada por la avalancha de reclamos de los sectores nacionales más diversos; pero eso no ha quedado ahí, en apariencia el gobierno dominicano a través de sus gendarmes en la JCE, quiere frustrar este voto adverso que se proyecta demoledor para el 5 de julio próximo.
La denuncia de una figura icónica del arte dominicano, como lo es doña Cecilia García, de que fue excluida del padrón en el exterior, no es un caso fortuito; miles y miles de dominicanos que no podían acceder a los centros de cedulación en el exterior, aprovecharon sus viajes y estadías en nuestro país para renovar la cedula electoral en el territorio nacional; pero cuando reclamaban que su dirección era en el extranjero, la repuesta del personal de la JCE era que debería figurar una dirección local.
Con este argumento, la exclusión del padrón del exterior era automática. Ahora este fallo de la Junta Central Electoral, está siendo aprovechado por los gendarmes del PLD en esta institución para borrar con solo un clic de computadora a miles de votantes adversos a la causa del desgobierno nacional encabezado por Danilo Medina Sánchez.
La comunidad de dominicanos en el exterior debe elevar su grito para que se le permita decidir la suerte de su país; el voto en los territorios extranjeros debe hacerse con el padrón general de la JCE abierto como en mayo del 2016, para que ningún hijo de República Dominicana habilitado por una cedula otorgada por esa institución se quede sin ejercer ese sagrado derecho constitucional de elegir y ser elegido.
La emergencia gubernamental, no es la salud del pueblo dominicano; cuando se compra la conciencia de legisladores con sumas multimillonarias para ampliar el período de excepción, no es por la preocupación de la pandemia; es simplemente para mantener al candidato oficial como un cocuyo haciendo labor electoral durante las noches, como si les avergonzara la luz del día.
Ya que lograron su comprado y muy caro estado de excepción constitucional, la oposición política sin reuniones, ni acuerdos debe llamar a las masas populares a un cacerolazo nocturno que apague la voz y las mentiras del oficialismo.
Mientras ellos reparten el pan, el salami y las gallinas de la deshonestidad; todos nosotros deberíamos hacer sonar las cacerolas al grito de ¡Juan Bosch justicia y dignidad!