República Dominicana. En su más reciente informe el Banco Central reveló que la economía dominica tuvo un crecimiento negativo de un 8% del Producto Interno Bruto en el primer cuatrimestre del año y que los paros laborales superan, un millón trecientos mil almas.
Por tal razón, recientemente la Junta Monetaria liberó RD$60 mil millones, con el objetivo de que las entidades de intermediación financiera puedan canalizar créditos a tasas que no superen el 8% anual, para las empresas y hogares.
Se trata de la aplicación de una política monetaria financiera anti-cíclica, consistente en la flexibilización del crédito bancario para promover el desarrollo productivo, generar de empleos y dotar de recursos económicos a los hogares para que puedan enfrentar la crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus.
Como siempre, la Junta Monetaria ha dado un paso al frente actuando de manera proactiva en la solución del problema, sin embargo, por la profundidad de la crisis actual, estas iniciativas parecen ser insuficientes.
Con una represa económica tan severa, si no se cuenta con una política fiscal agresiva que acompañe las iniciativas crediticias anunciadas por el Banco Central, será imposible recuperar el ritmo de crecimiento potencial de la economía, ni tampoco recuperar los empleos perdidos a causa de la pandemia.
El laureado economista inglés, John Maynard Keynes propuso el intervencionismo como mecanismo para estimular la demanda y regular la economía en momentos de depresión.
La República Dominicana se encuentra en un ciclo de depresión económica como el que describe Maynard Keynes, por tal razón, junto a la flexibilización del crédito auspiciado por el Banco Central, es necesaria una agresiva inversión pública en infraestructura y un gasto social bien dirigido para proteger a la familia dominicana, en tiempos de coronavirus.