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  • Por: Massiel Genao
  • sábado 24 octubre, 2020

Víctimas de ataques con ácido del diablo piden endurecer penas contra agresores

Esther Jiménez es una joven de 36 años, a quien a sus 27 le cambiaron la vida al rociar su rostro con ácido del diablo en el año 2011.

REPÚBLICA DOMINICANA.- Las víctimas de ácido del diablo se apostaron este sábado en los alrededores del Congreso Nacional para exigir que se aplique una pena más dura a las personas que utilizan la sustancia química para hacer daño.

Esther Jiménez es una joven de 36 años, a quien a sus 27 le cambiaron la vida al rociar su rostro con ácido del diablo en el año 2011.

Esther se remontó en el peor día de su vida para contar que mientras trabajaba en una cafetería, sin saber todavía los motivos y los autores del crimen, sospecha de una persona muy cercana por temas pasionales, pero no quiso dar detalles por temor a represalias.

Dijo que necesita reconstruirse la nariz por problemas al respirar, operación que tiene un costo de 150 mil pesos, recursos con los que no cuenta.

“"Eso es un dolor inmenso que no se aguante. Eso yo no se lo deseo ni siquiera a las personas que me tiraron esto", dijo Esther, quien además perdió un ojo.

María Isabel Tavares es otra víctima de los efectos del mortal líquido. Cuenta que un motor en movimiento donde se trasladaba la actual pareja de su ex novio le roció el líquido y explicó que los responsables de marcarle la vida para siempre solo estuvieron tres meses en prisión.

María Isabel dijo que actualmente sufre de discriminación por su aspecto, razón por la que todavía no ha podido obtener trabajo.

“Nosotras no trabajamos, no nos dan trabajo por nuestro físico y en la calle nos miran con rechazo”, expresó conmovida, la joven.

Tanto Isabel como Esther entienden que las autoridades no las ven como prioridad para hacer justicia.

En este tipo de violencia, cuyas víctimas normalmente son mujeres, no están excepto a los hombres, puesto que Franklin de la Rosa, un joven de 26 años, relata que hace dos años, su entonces esposa y un hombre con el que supuestamente ella tenía una relación extramarital, rociaron su rostro con la sustancia química.

Franklin explicó que en ese caso si se hizo justicia, ya que sus agresores cumplen 30 años de prisión, pero se encuentra con otro problema, y es que la familia de su ex pareja no le permite ver a su hijo.

“Quien era mi pareja en ese entonces fue la que me hizo esto”, dijo Franklin.

Estas personas, víctimas de la criminalidad ejecutada con la sustancia química, se manifestaron frente al Congreso Nacional para solicitar que se arrecie la pena contra los que compran, venden y utilizan el líquido.

También se solidarizaron con la última víctima del ácido, Yocairi Amarante Rodríguez, de 19 años, a quien le enviaron un mensaje de apoyo y pronta recuperación.

 

 

 

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