REPÚBLICA DOMINICANA.- Debido a las constantes lluvias que por los efectos indirectos de la tormenta Eta se han registrado sobre el territorio nacional, el río Ozama desbordó y así crecieron las preocupaciones entre las personas que viven en La Ciénaga, una de las barriadas que tiene como patio el afluente y que siempre ha estado expuesta a las inundaciones.
Las familias que viven en La Ciénaga explican que la Unidad para la Readecuación de la Barquita y Entorno (URBE), ha mudado ya varias familias hacia la Nueva Barquita, pero que mientras tanto las personas que quedan pierden sus ajuares producto de la crecida del Río, cuyas aguas ahogan sus hogares.
“Algunos ya se han ido, pero nosotros seguimos aquí a espera de que nos socorran y nos ayuden a salir de aquí”, dijo Juan Mercedes mientras sacaba el agua que inundó a su casa.
María Toribio, madre de tres hijos, cuyo esposo es un vigilante privado, explicó que desde la una de la madrugada están despiertos sacando el agua que llegó hasta la casa.
Solicitó ayuda ya que, según dijo se la negaron, porque no se encontraba en su hogar en el momento que los miembros de la URBE pasaron a inspeccionar.
“Yo tenía un trabajo como doméstica y era de amanecida; no estuve aquí cuando vinieron y dicen que yo no vivo aquí y para mí esto es preocupante porque mis hijos y yo estamos e peligro”, expresó Toribio.
Las esperanzas de las familias que viven en La Ciénaga y otras barriadas aledañas, están en manos de las autoridades. Mientras, sus casas seguirán ahogadas por las aguas del nauseabundo Ozama, que crece sin compasión, arrasando a su paso hasta la vida de los más inocentes.